Familia en tiempo de vacaciones
Estamos atravesando vertiginosos febrero, mes que tradicionalmente en Chile se destina a vacaciones. Es así como en nuestra ciudad cambia el paisaje humano con veraneantes que pasean por la Plaza, se fotografían en la Catedral y curiosean en el Mercado para seguir al sur o adentrarse en nuestros campos donde algún pariente querido los espera para pasar juntos unos días y compartir de la mejor manera el amor familiar que no ahuyenta el calor chillanejo. Si hay un valor que todos privilegiamos es la familia, sea cual sea la concepción que tengamos de ella y la composición que aquélla posea. Para los cristianos, no obstante y a pesar de todo, sigue siendo un modelo a proponer la familia de Nazaret, con pareja estable, mujer y hombre, e hijos de los cuales ocuparse en lazos recíprocos de protección y amor.
En una publicación reciente (Punto y Coma, n°5, sept'21) sus autoras desarrollaban algunas ideas que me parece interesante rescatar que se referían a la familia "como aquél único lugar en que cada quien puede ser reconocido y acogido como totalidad y por lo tanto, llegar a aprender y ser qué significa ser persona". Destacando luego tres dimensiones conducentes a destacar la capacidad inclusiva de la familia, la primera que denominaban como presencia que es la compañía durable entre sus miembros que les permite ser parte del otro, en las buenas y en las malas no sujeta a condición; la segunda es el cuidado donde se expresa con mayor fuerza la preocupación por el destino del otro, sobre todo de los más vulnerables: niños, enfermos y ancianos y la tercera que es la corresponsabilidad que se da a lo largo de la vida de la familia entre las generaciones y entre los géneros. Así hay un tiempo en que los padres velan por sus hijos para que más tarde ellos se ocupen de sus progenitores en una vuelta de mano, natural y esperada. Del mismo modo hay una distribución más equitativa de roles entre los padres, para que así la carga de los hijos no caiga exclusiva y desmedidamente en la madre, llevando como es una evidencia en la hora actual a que la tasa de natalidad por mujer haya disminuido peligrosamente. Es un interesante esquema que entrega elementos que llevan a entender a la familia más allá de su capacidad productiva o del lugar de socialización o de aprendizaje de las pautas de convivencia, sino como la célula básica de la sociedad que todos reconocemos y que nos ayuda a ser más humanos .
Así, en el próximo verano, en la nueva visita que la familia extendida haga a nuestra ciudad, quizás pueda encontrar el Estero Las Toscas volviendo a mostrar sus hilos de agua para calmar aun cuando sea solo de vista el calor local, hoy desaparecidos, esperamos pasajeramente.
Clases presenciales y actividad física escolar
Después de casi dos años de pandemia, el retorno a la presencialidad en el sistema educativo es un acontecimiento esperado tanto por los padres como por los estudiantes. Los efectos negativos, producto de los largos periodos de encierro, han provocado grandes retrocesos sobre el aprendizaje, la salud y el bienestar de toda una sociedad.
La educación remota trajo consigo una serie de dificultades, sobre todo para los estudiantes con menor nivel sociocultural, para quienes contar con poco espacio en sus viviendas o menos acceso a internet o computador disminuyeron, aún más, sus posibilidades de aprender e hicieron casi imposible seguir con regularidad sus clases online, generando estrés y ansiedad en toda una familia que vio cómo esta situación se escapaba de las manos sin poder dar una solución.
Diversos estudios evidencian los efectos de la pandemia en la disminución del aprendizaje y también en aspectos sociales como la violencia dentro del núcleo familiar, sin mencionar los efectos sobre la salud mental y emocional, lo que hace imperativo que niños y jóvenes recuperen sus espacios de esparcimiento, recreación y aprendizaje, esenciales para el desarrollo personal y social.
En este escenario, el Ministerio de Educación estableció que todos los recintos educacionales, de tipo estatal, retomen la asistencia presencial obligatoria a partir de 2022, pero ¿qué trae consigo el retorno a la presencialidad para niños y jóvenes en etapa escolar?, sin duda, el mayor impacto de la pandemia lo ha sufrido el ámbito de la socialización, el contacto diario con el entorno escolar. Esta falta de interacción ha tenido efectos en la salud física y mental, debido a que asistir regularmente a clases concebía seguir una rutina y espacio, que además del desarrollo en el ámbito académico, incluía el ejercicio físico y la socialización.
La necesidad de actividad física por parte del estudiantado escolar es innegable, los largos meses de aislamiento y reclusión han creado una sociedad aún más sedentaria de lo que era antes de la pandemia y han convertido a nuestros niños y jóvenes en personas más dependientes de los medios digitales. El escenario no es alentador, pero es un proceso que debe darse de manera gradual y regular, en el que el apoyo y compromiso de profesores y padres es esencial para que su desarrollo e implementación sea exitoso.
Ahora nos preguntamos, ¿Por qué es importante retomar las clases de educación física presencial?, las respuestas pueden ser muchas. Podríamos indicar que las clases presenciales de educación física, además de aportar al desarrollo de cualidades físicas y coordinativas, contribuyen al desarrollo emocional y social, entregando seguridad, confianza, autoconocimiento, fortalecimiento de la autoestima y del autoconcepto. Fortalece la perseverancia, refuerza valores, enseña a trabajar con otros, proporciona un nuevo espacio de comunicación consigo mismos y con otros a través del cuerpo y del movimiento, ayuda a conocer y manejar las emociones, plantea nuevos desafíos, refuerza hábitos, fortalece la autonomía y capacidad de iniciativa, entre tantas otras.
Hoy, más que nunca, necesitamos levantar a nuestros niños, recuperar la alegría y ganas de aprender, sacar adelante a todos aquellos que la pandemia ha causado estragos irreparables, como la pérdida de un familiar o amigo, para recobrar sus espacios de esparcimiento y crecimiento personal, retomando la práctica de actividad física regular donde profesores y compañeros entregarán contención después de este duro momento de la historia que nos tocó vivir.
Guillermo Stevens
diácono Obispado de Chillán
Paulina Rodriguez
directora Escuela de Pedagogía en Educación Física UdLA