Más virus en el próximo invierno
La mayor movilidad que se observa este año, ya sin cuarenenas ni restricciones, probablemente aumentará la circulación de otros tipos de virus en la población. Para enfrentar el virus de la influenza, es fundamental que la población de riesgo se sume a esta campaña de vacunación.
La llegada del invierno establece múltiples desafíos desde el punto de vista sanitario. Esto porque el escenario que se abre este año es distinto al que presentó la época fría y de lluvias de 2020 y 2021, cuando las cuarentenas mantenían a parte importante de la población relegada en sus hogares, impidiendo, con eso, una mayor circulación viral.
Este 2022 se presenta de forma distinta, ya que se trata de un año que en términos de movilidad retorna a la normalidad, en el sentido de que tras la vuelta a las aulas de todos los niveles de la educación (preescolar, básica, media y universitaria), prácticamente la totalidad de la población retornó a sus labores habituales, lo que -claro está- repercute en una mayor movilidad y el consiguiente uso masivo del transporte público.
Esto justamente impone un nuevo desafío, ya que a diferencia de los años anteriores, esta alza en la movilidad puede influir en una mayor circulación viral, pues a la predominancia del SARS-CoV-2 de los años 2020 y 2021, se agrega ahora el de la influenza, que ya circula en el país. Frente a este escenario es que -a juicio de los expertos- existe un alto riesgo de coinfección con el virus del covid-19, lo que indica que los cuidados y la prevención vía vacunación de los grupos priorizados por el Ministerio de Salud debe ser aún mayor que en los años de confinamiento.
De ahí que sea necesario que la población de riesgo adopte medidas preventivas, siendo la principal de ellas la vacunación contra la influenza, esto además de las acciones ya conocidas utilizadas para prevenir el covid-19. Además, los especialistas hacen especial hincapié en la ventilación de los espacios, ya que cuando estos están cerrados y carentes de ventilación, con presencia de personas que eventualmente podrían estar infectadas, el aire se enriquece en las partículas virales, sean de influenza, SARS-CoV-2 o de cualquier otro virus respiratorio, y si el aire no se ventila, se eleva el riesgo de inhalar una cantidad de partículas virales lo suficientemente alta y por el tiempo necesario para contagiar con una carga viral, lo que ocasiona la enfermedad.