Hay 26 casinos populares funcionando en Chillán centro
NORMATIVA. Proyectos de ley destinados a regularlos permanecen en la Cámara de Diputados, pero sin urgencia por parte del Gobierno para ser tramitados.
Los casinos populares se han transformado en un dolor de cabeza para los municipios en general y Chillán no escapa a esta realidad, pues su proliferación es tan incontrolable que ya las ordenanzas municipales no son suficientes para regularlos. Según un catastro de la propia municipalidad y que fue actualizado al 15 de julio, existen 26 establecimientos de este tipo instalados en el radio céntrico de la ciudad, número que por cierto, cambia periódicamente.
"Estamos realizando acciones de fiscalización permanente junto a Carabineros e inspección municipal, la cual consiste en la clausura de los casinos populares. Por ende, nos encontramos evaluando otras acciones que permitan erradicarlos", explica el alcalde Camilo Benavente, añadiendo que si bien poseen patente municipal para funcionar, dicho permiso apunta a otros rubros como bazares, importadoras de calzado, juegos electrónicos o cibercafés. Por ende, indica la autoridad comunal, estos locales funcionan de manera totalmente irregular, por lo que se mostró partidario de acabar con ellos.
Viene al caso señalar que el problema con los casinos populares tiene su génesis en la propia ley 19.995 que regula el funcionamiento de los casinos de juegos. Dicha reglamentación posee vacíos preocupantes, al punto de que sólo basta con describir las máquinas de azar como de destreza, pudiendo así estas últimas funcionar sin ningún impedimento. Por ende, procedimos a buscar respuestas en el mundo legislativo.
Voces parlamentarias
El diputado Frank Sauerbaum explicó que existen dos proyectos de ley en el Congreso Nacional, orientados a regular el funcionamiento de los casinos populares. Estos ya fueron revisados por el Senado y actualmente permanecen en la comisión de Hacienda, instancia en la que por cierto participa el legislador.
"Hoy la comisión está abocada a ver temas a los que el gobierno le ha puesto urgencia, como es la reforma tributaria. Por ende, si el Ejecutivo no le pone esa urgencia a dichos proyectos, es imposible priorizarlos. Uno de los proyectos apunta a la definición de que es un casino de juegos y el concepto de una máquina tragamonedas, mientras que el segundo indica que estos establecimientos queden supeditados a la Superintendencia de Casinos de Juegos", comentó.
Sauerbaum sostuvo que ambas iniciativas apuntan a regularizar este tipo de actividades comerciales, estableciendo así un marco legal claro y definido que establezca un perímetro de acción para estos locales.
En tanto, el diputado Felipe Camaño expresó que si bien el juego es ilícito en Chile, salvo contadas excepciones como Polla Chilena de Beneficencia, Lotería o Teletrak, el problema radica en que la tecnología acabó por superar a la ley.
"La regulación sobre juegos de azar y casinos es muy antigua, ya que estaba pensada para otro tipo de apuestas, pero no para máquinas que pueden instalarse en cualquier lugar y que son tan fáciles de adquirir. Incluso, hoy estamos frente a otro problema peor que los casinos populares como son los casinos por internet, los cuales no tienen regulación y son muy difíciles de fiscalizar", dijo.
La autoridad parlamentaria señaló que comparte la visión de que las ordenanzas municipales no son suficientes para controlar la proliferación de los casinos populares, añadiendo que a su juicio, esta actividad debe ser perseguida por el Ministerio Público y fiscalizadas por la policía misma.
"Si estos establecimientos cierran y vuelven a abrir es porque hay un mercado. Tenemos que generar las condiciones para que la sociedad entienda que estos juegos generan adicción, que crean ludópatas y que terminan siendo dañinos para los barrios en donde se instalan. Podemos ver a personas perdiendo sus bienes o niños utilizando el dinero de sus padres para conseguir un rato de felicidad al ganar una suma de dinero que luego perderán y eso no es sano", comentó.
Un negocio rentable y sin control
La preocupación de las autoridades por los casinos populares radica en su nulo control sobre un negocio que es prolífero a todas luces. Básicamente, es imposible saber cuanto dinero ingresa a sus contabilidades o lo que juega una persona en sus máquinas. La Ley de Casinos, dictada en 2005, no permite la existencia de juegos de azar en cualquier parte, debiendo ser regulados por la autoridad pertinente. Por ende, los casinos populares han sido objeto de estudio por parte de organismos, como la Cámara Nacional de Comercio y el Observatorio del Comercio Ilícito, quienes hace tres años lanzaron la campaña "Juguemos Limpio", destinada a controlar el negocio.