El robo de vehículos se ha convertido en uno de los delitos que más ha aumentado en la última década en el país, tal vez por el gran crecimiento del parque automotor, porque las bandas los usan para cometer otros ilícitos o porque las sanciones no han sido suficientes. Según cifras de Carabineros, en 2021 hubo 5.103 delitos violentos vinculados a automóviles. En ese período, ocurrieron en el país 2.863 encerronas y 2.240 portonazos. Este año, hasta julio, la institución policial reporta un incremento de 110% de los casos de robos violentos de vehículos en comparación al año anterior. Pero a su vez, se registra un alza del 108% en las detenciones por este delito. En los primeros siete meses, fueron detenidas 300 personas por cometer robos violentos de automóviles en Chile y el 71 % de ellos ya tenía detenciones anteriores por la misma causa.

Las acciones de robos violentos corresponden comúnmente a portonazos, encerronas o abordajes, y si bien los casos más frecuentes ocurren en la Región Metropolitana, en forma paulatina se han ido extendiendo a las demás regiones.

El Servicio de Búsqueda y Encargo de Vehículos de Carabineros ha señalado que con frecuencia los automóviles robados en la capital se tratan de vender en las restantes regiones, tal como ha sucedido en Los Lagos. Y si bien en muchas ocasiones la policía recupera los vehículos y se los devuelven a sus dueños, hay que considerar que se les habían extraído piezas importantes o habían resultado dañados.

La policía ha recomendado prevención a los conductores, considerando que hay automóviles que no cuentan con elementos de seguridad, que son dejados en lugares oscuros, a veces con las puertas sin seguro y con especies a la vista en el interior, lo que es un incentivo para los ladrones. Los delincuentes actúan rápido, se demoran sólo minutos en realizar los portonazos, por lo que los conductores deben estar siempre preparados y atentos.

En julio de 2019, se promulgó la Ley Antiportonazos, que endureció las penas para el robo de vehículos y castiga con más fuerza el uso de violencia en estos ilícitos. Sin embargo, ninguna medida será cien por ciento segura, por lo que los automovilistas deben adoptar las prevenciones para evitar que las condiciones sean propicias para estos asaltos.

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Una recesión tradicional se manifiesta por la caída de la producción así como un desequilibrio creciente en el mercado laboral, por lo cual será uno de los principales problemas económicos que deberá enfrentar el Gobierno durante los próximos semestres para lo cual es urgente el despliegue de una agenda pro crecimiento y empleo que ya ha sido anunciada por el ministro de Hacienda.

Dicha agenda debe buscar rápidamente la implementación de medidas concretas, ya que el diagnostico ha sido debatido en los últimos años y se han elaborado múltiples agendas con foco en aumentar el crecimiento potencial, incrementar la inversión y productividad por parte del sector público y privado, varias de cuyas medidas, pese a contar con proyectos de ley elaborados, no han podido avanzar en el Congreso como es el caso de la reforma al sistema registral, Notarios y Conservadores de Bienes Raíces y el proyecto de ley del cabotaje marítimo. Iniciativas como estas exigen mayor urgencia.

En cambio, las iniciativas que ha promovido el actual Gobierno, siendo las principales la reforma tributaria y el royalty a la minería, no van en la línea de entregar las condiciones para que el sector privado invierta decididamente tal como fueron presentadas al Congreso. Asimismo, medidas como la reducción de la jornada laboral a 40 horas no va de la mano con la necesaria flexibilidad que ese proyecto requiere para no se afecte negativamente en la creación de empleos, más cuando la postergada reforma de pensiones aumentará los costos de contratación. En distintas instancias gubernamentales previas se han planteado una serie de recomendaciones pro crecimiento.

Algunas de las áreas que debieran considerarse para enfrentar la desaceleración de la economía son: Mayor eficiencia en la tramitación de los permisos medioambientales para inversiones. Promover más competencia y eficiencia en los rubros de transporte y logística. Agilizan las autorizaciones y certificaciones exigidas para la exportación o la comercialización interna. Potencian la industria exportadora de servicios y el turismo. Promover la innovación y el desarrollo digital. Adecuación de ciertas normas laborales a las exigencias de la competitividad. Reducción de la burocracia, simplificación de trámites y permisos entre otros. Los indicadores económicos dan cuenta de la desaceleración de la economía chilena, en donde el Imacec de 1% de julio probablemente es la antesala del inicio de un periodo recesivo que nos afectará hasta el próximo año.

El Gobierno debe enfocarse en definir un camino claro para enfrentar la recesión. Ello implicará reformular algunas de sus proyectos emblemáticos y proponer medidas concretas para aumentar la capacidad de crecimiento en el mediano plazo de manera sostenida a través de estimular la inversión privada, acelerar la inversión pública, aumentar la participación laboral y mejorar la productividad. Esa es la mejor manera para aumentar las oportunidades y el progreso de la población.

Frank Sauerbaum Diputado