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Mario Desbordes, excandidato presidencial:

"Si eternizamos el debate por una nueva Constitución, reflotará en dos años más"

El también exministro del gobierno de Sebastián Piñera, anticipa que el escenario político actual es el propicio para que la centroderecha capitalice parte de lo recuperado con el estrepitoso triunfo del Rechazo en el plebiscito del pasado 4 de septiembre.
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Han sido días intensos para el excandidato presidencial y expresidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes. El también otrora ministro de Defensa se encuentra en etapa de definiciones en torno al proceso constituyente, habiendo sido uno de los más conspicuos y entusiastas respecto al Apruebo de entrada en el plebiscito del 2020 y uno de los desencantados con el proceso, apoyando al Rechazo en 2022.

Mirando con distancia el proceso que terminó con la arrolladora victoria de esa opción el pasado 4 de septiembre, Desbordes ya empezó a articular sus planteamientos en atención a otro proceso constituyente en ciernes. Ya comenzó a alinearse detrás de la directiva de RN, actualmente liderada por uno de quienes fueron sus adversarios en la interna, el senador Francisco Chahuán, y plantea que es necesario entrar de lleno en un proceso 100% democrático para tener una carta fundamental.

"Este es un mal momento para los extremos y por eso los extremos están poniendo cortapisas para un nuevo proceso", sostiene, agregando que "ahora, hay una mayoría ciudadana que cree que el plebiscito de entrada mandató una nueva Constitución, y es una discusión que debemos zanjar de una vez por todas. No podemos seguir eternizando este cambio constitucional que si no se hace hoy, va a reflotar en uno o dos años más".

EL MOMENTO ES AHORA PARA LA CONSTITUCIÓN

-¿En qué pie quedó la centroderecha después del triunfo arrollador que tuvo el Rechazo el pasado 4 de septiembre? ¿Está en condiciones de "dirigir la orquesta" constitucional a diferencia del proceso anterior?

- Este 62% va muchísimo más allá de la centroderecha, hay mucho elector que no participa de la política, que no había votado antes, que se abstenía, por lo que no ha sido motivado ni cautivado por ningún sector político. Es un votante moderado, razonable, que se aleja de los extremos y de la polarización, por lo que es un elector que podemos tratar de convencer en adelante, pero que hoy no es catalogable como de centroderecha. Ahora, en esa misma línea, creo que este es el momento para avanzar en una nueva Constitución, para elegir un órgano corrigiendo los errores que tuvo el proceso anterior, que redacte la nueva Constitución porque creo que con voto obligatorio la mayoría ciudadana tenderá a elegir personas moderadas. El Partido Comunista, por una parte, pretende imponer los mismos términos anteriores sabiendo que eso no va a ser aceptado, y lo hace justamente para que no haya un nuevo proceso si no es bajo sus condiciones, y por otro lado, se trata de imponer una inamovilidad pétrea de la actual Constitución aludiendo a un artículo que puede ser modificado.

- Hace muy poco en una entrevista, el senador Francisco Chahuán declaró que hoy la centroderecha y la centroizquierda "están en el mismo carril" en relación a la discusión constitucional ¿Está de acuerdo con este planteamiento?

- Estamos de acuerdo con la centroizquierda democrática, e incluyo a gente que estuvo por el Apruebo, en que hay que llegar a un nuevo texto que respete nuestra tradición constitucional de 200 años, que modernice nuestra institucionalidad, pero que no pretenda ser refundacional, que respete la cultura, la historia de nuestra patria con todo lo que eso conlleva, y que busque darnos una Constitución moderna para los próximos 60 ó 70 años. Ojalá centroderecha y centroizquierda sean capaces de ponerse de acuerdo en las grandes reformas que prometimos hace 3 años y que aún están pendientes, sobre todo la previsional, la de salud y una agenda antiabusos. La gente nos va a pasar la cuenta en cualquier minuto si seguimos frenando reformas por no ser capaces de acercar posiciones.

- A su juicio, ¿qué puntos clave debería contemplar esta agenda de mínimos comunes en vista a un próximo proceso constitucional, los denominados "bordes" de la discusión?

- Antes de todo, debemos tener un órgano electo redactando esa propuesta y que sea paritario. Me parecen dos requisitos básicos. En cuanto a los bordes, debe haber un respeto por la historia constitucional chilena, intentar modernizar y no cambiar las instituciones. En el proceso anterior, de manera muy torpe, se cambiaron incluso instituciones que funcionan bien y que todo el mundo reconocía que funcionaban, porque había un ánimo refundacional, de demolición incluso, de todo lo que había sido la historia constitucional e institucional, con un discurso más o menos parecido al del embajador de Chile en España esta semana: "Todo estaba malo, todo funcionaba mal. Estos últimos 30 ó 40 años fueron un desastre", y por lo tanto, a partir de esa premisa que sobrevive en el Frente Amplio y en el Partido Comunista, había que echar todo abajo. En ese contexto tenemos que respetar nuestra tradición constitucional, respetar lo que funciona bien, modernizar lo que no funciona bien y sobre todo, darnos un nuevo pacto. Los márgenes son conversables, pero creo que es esencial que en la Constitución no esté plasmado el programa de gobierno de ningún sector. Aquí se cometió ese tremendo error, se llevó la propuesta de gobierno del Frente Amplio a la Carta Magna y eso tampoco puede estar.

- Mucho se dice respecto a un nuevo proceso constitucional, pero si hay algo poco claro, es la forma que debe tener. ¿Se debe perseverar en una convención 100% elegida? ¿Hay alguna diferencia que este organismo deba tener con la anterior respecto al rol de independientes, paridad y pueblos originarios?

- Uno ve las propuestas del Partido Socialista y del PPD y son claramente muy críticas con las cosas que funcionaron mal en el proceso anterior. Nadie está por mantener aquello que no funcionó bien. Las listas de independientes fueron un experimento que no existe en ninguna otra parte y ese experimento falló. Así de simple. El asignarle a los pueblos originarios cupos, más allá de si votaba o no alguien en esas listas, fue un error. La gran mayoría de los lugares donde vota mayoritariamente gente de pueblos originarios, rechazó la propuesta constitucional. Si queremos hablar de escaños reservados, que sean estrictamente proporcionales a la cantidad de votos obtenidos, no garantizar, ni asegurar, ni regalarlos. Ahora, se ha hablado de comisión de expertos y sí, pueden ser electos, pueden ser asignados en cuotas proporcionales a las personas electas, pueden tener un origen democrático y me parece que es lo lógico. Es necesario que haya expertos acompañando, pero dentro de la constituyente fracasada había varios que son responsables del fracaso, pirómanos dentro de la Convención Constitucional, algunos que ostentaban la mayor calidad de expertos en cátedras universitarias, en libros, en textos que servían de orientación. Hablo de Fernando Atria, de Jaime Bassa, sumo a Daniel Stingo, a Mauricio Daza, de varios y varias más, por lo que yo no sobrevaloraría tanto esa calificación de "expertos".

- El constitucionalista Jorge Correa Sutil, en una entrevista a Ex-Ante, manifestó que una comisión de expertos como alternativa para construir un nuevo texto, corre el riesgo de "desconexión con las personas" ¿Comparte usted este diagnóstico?

- Creo que tiene toda la razón, y él podría ser calificado de experto. Justamente eso puede pasar, algunos estuvieron en una burbuja desde hace años, desconociendo la historia de Chile, realizando diagnósticos aterradores sobre la realidad del país, en donde había que cambiarlo todo, donde había que recoger cuanta demanda orgánica había, y todas estas figuras, algunas de las cuales integraron la Convención Constitucional, son padres del fracaso. O sea, demostraron no estar conectados con la realidad, sólo demostraron tener vinculación con grupos de interés específicos, que no eran representativos de la mayoría de Chile. No fueron todos los constituyentes, pero sí los que se erigieron como eruditos y que llevaron el proceso a esta farra estrepitosa.

- En el hipotético caso de que se diera esta nueva Convención ¿Estaría usted dispuesto a integrarla o a ser candidato?

- Hay que hacer un análisis más frío en el momento en que se defina si es que hay un nuevo proceso y luego, quiénes van a trabajar en la redacción de esta propuesta. Puede que se necesite gente nueva, que no tenga anticuerpos en la ciudadanía como parte de quienes estamos en política hace años, o al revés, puede que la gente quiera personas que estuvimos desde el día uno apoyando el proceso constituyente. Creo que nadie puede restarse en general, pero por ahora no soy candidato a nada y creo que hay que dejar que el proceso fluya antes de estar pensando en nombres de personas. Han

Más que errores comunicacionales, dentro del Gobierno todavía no se dan cuenta de que no pueden decir o hacer lo que les da la gana, que tienen límites y un marco, que es la República. Y hay que cuidarla, tenemos que actuar en la dimensión que la ciudadanía nos ha puesto a cada uno".

No creo que el Gobierno deba involucrarse en el debate constitucional, sobre todo porque no ha sabido calibrar la derrota, no saben reconocer de corazón que se equivocaron. Ellos en su intimidad responsabilizan y le echan la culpa del fracaso a los medios, pero no sienten que hayan fallado".

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