Educación Técnico-Profesional de calidad
Sin duda, la valoración de las carreras TP ha ido en aumento y con ello las posibilidades de mejoras en la formación también han crecido.
Miles de jóvenes, y también adultos, se forman cada año en la educación técnico-profesional. Según cifras publicadas por el Ministerio de educación, el 2022 la matrícula de primer año de pregrado en carreras de Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales (CFT/IP), en conjunto, representó el 58,4% del total de la educación superior en Chile. El 41,6% se matriculó en una universidad.
Dentro de las principales razones de esta elección, se encuentran el menor tiempo de duración de la carrera, en promedio una carrera técnico-profesional (TP) tiene una duración promedio de 2 años y medio. A diferencia de una carrera universitaria que en promedio suma 5 años. El porcentaje de deserción estudiantil también es menor en la educación TP. El menor costo de aranceles, la flexibilidad de horarios y formatos que combinan la presencialidad con la educación en línea, la jornada vespertina y la entrega de formación en competencias especializadas y prácticas.
Es así, que cada proceso de admisión, cada año académico, los CFT/IP deben tener la capacidad de reaccionar de manera rápida y ser flexibles a las necesidades del mercado laboral, manteniendo una relación fluida con el sector privado y público, modificando su oferta educativa e innovando en la formación de profesionales con habilidades para resolver problemas específicos en campos laborales de las diferentes áreas.
Sin duda, la valoración de las carreras TP ha ido en aumento y con ello las posibilidades de mejoras en la formación también han crecido. La acreditación institucional es hoy un proceso obligatorio al que deben someterse Universidades, Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica autónomos, para así contar con una certificación de calidad de sus procesos internos y resultados. La acreditación es esencial también para obtener ayudas estudiantiles, ya que los estudiantes que recién ingresan a la educación superior solo podrán acceder a ellos si se matriculan en instituciones acreditadas.
Y aún hay espacio para crecer. Muchos de los CFT/IP cuentan con un completo programa de beneficios para el estudiante, actividades deportivas, culturales, apoyo psicológico, orientación vocacional y actividades de integración que tienen como objetivo que el estudiante experimente la educación superior en toda su magnitud y no solamente desde lo académico, sino también desde lo formativo y lo valórico.
Egresar de la educación superior con la impronta de la institución escogida tiene un valor adicional y le otorga al futuro profesional, un respaldo, un prestigio, un sello, que dejará huella en su entorno laboral e inspirará a futuras generaciones de profesionales.
José Luis Franco Montaña,
rector Santo Tomás Chillán