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Escasez de conductores: un riesgo para la continuidad en la cadena de suministros

La solución a la escasez de conductores requerirá un incremento salarial en muchos de los países donde esto ocurra.
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Según el último estudio elaborado por The International Road Transport Union (IRU), donde se encuestó a más de 1.500 operadores de transporte comercial por carretera de 25 países en América, Asia y Europa, la escasez de conductores de camiones aumentó en prácticamente todas las regiones en 2021. En Europa, dicha escasez se incrementó en un 42% de 2020 a 2021, con cerca de 80.000 puestos de trabajo sin cubrir en Rumania, Polonia y Alemania, y 100.000 en el Reino Unido, por ejemplo.

En Chile, la falta de conductores llega a los 25.000, según cifras entregadas por los gremios asociados al Gobierno Regional del Biobío, lo que ha llevado a que algunas empresas estén dejando de operar. Y ¿por qué no hay más conductores?, las empresas del sector a nivel mundial estiman que se debe principalmente a las exigencias habituales de trabajo de este rubro, como largas jornadas de trabajo, la creciente sensación de inseguridad en la ruta, los cambios de intereses de las nuevas generaciones y, no menos importante, la aparición de nuevas ofertas de empleo (como las que surgen de las nuevas aplicaciones como Uber, Cabify, DiDi, etc.), lo que hace que se vea una reducción en la disponibilidad de profesionales del área.

Entonces, ¿qué debemos hacer? La solución a la escasez de conductores seguramente requerirá un incremento salarial en muchos de los países donde esto ocurra, lo que debe ser considerado como un punto de partida (algo que ya ha sido implementado en otros países), para hacer más atractiva la carrera, pero también cambios regulatorios, partiendo por aquellos que vayan en pos de la seguridad de los conductores en las carreteras, ya que la sensación de abandono por parte de la Ley, tanto en la zona norte como sur (en el caso de Chile), para la mayoría no es menor. Es cosa de ver las demandas de los gremios y choferes del rubro y la principal de ellas es la inseguridad.

Adicionalmente, la adopción de nuevas tecnologías, que permitan suplir aquella mano de obra que por diversas razones no se pueda contratar, como la de los camiones autónomos, un aspecto que será un suplemento a lo que actualmente ocurre, ya que, si bien estos vehículos podrán manejarse solos por las carreteras, requerirán de humanos para salir e ingresar a las ciudades o realizar lo que se denomina la última milla.

De lo contrario, la cadena de logística a nivel global y en Chile, corre un serio riesgo de sufrir atrasos aún mayores a los de la época del inicio de la pandemia del covid-19, con los consecuentes efectos económicos que eso conllevaría en la economía mundial y en los precios de los productos y servicios, lo que ya está generando presiones inflacionarias récord en diversos países, situación que podría empeorar si no actuamos frente al escenario anteriormente descrito.

Salud debe ser el centro de la agenda

La OMS ha llamado a los gobiernos a colocar la salud en el lugar que le corresponde. Hay una crítica casi generalizada en cuanto a que los sistemas de salud son demorosos o poco oportunos.
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Durante estos tres años de pandemia los países experimentaron retrocesos en los indicadores de salud, que han revelado o exacerbado debilidades en nuestros sistemas, en la detección y el tratamiento de enfermedades como la tuberculosis, el cáncer, y el VIH, en el diagnóstico y tratamiento de patologías no transmisibles y en la disminución de las tasas de vacunación de rutina.

Si bien el mundo no está totalmente fuera de peligro, al menos se superó la fase más crítica de la emergencia sanitaria, con programas de vacunación, pruebas de diagnóstico, tratamientos y planes de cuidado que tuvo que asumir la población. América en general es ahora la región con el segundo nivel más alto de cobertura de vacunación covid-19, con una cobertura del 71%.

Sin embargo, la enfermedad sigue entre nosotros, y el virus aún tiene que asentarse en un patrón predecible. Sólo en el último mes se han producido en el continente más de 1,5 millones de nuevos casos y 17.000 muertes, por lo que no se puede bajar la guardia. Los países tienen que mantener y seguir reforzando la vigilancia, ya que, en opinión de los expertos, el virus puede evolucionar y adaptarse rápidamente, de manera que el riesgo de nuevas variantes es real.

La OMS ha llamado a los gobiernos a colocar la salud en el lugar que le corresponde, para que sea el centro de la agenda de desarrollo sostenible. En nuestro país, desde hace tiempo que en diversos sondeos el tema de la salud es mal evaluado por la ciudadanía.

Hay una crítica casi generalizada en cuanto a que los sistemas de salud son demorosos o poco oportunos en el acceso a las prestaciones, las urgencias y las hospitalizaciones. Hay que abordar el tema de salud en forma integral, para atender las necesidades de las personas y contribuir a mejorar su entorno.