Este es el nombre de una obra de arte, de gran formato, de 202 x 485 cm., del pintor nacional, Roberto Matta (Santiago 1911 - Italia 2002), arquitecto, pintor, Premio Nacional 1990. Esta obra fue creada en el año 1972, monocroma, en escala de grises, con formas que aluden a un desarrollo industrial, con el lenguaje característico de ese artista, de su propio universo pictórico, entre la figuración y la abstracción. Esta pintura, lleva al espectador a reflexionar sobre el mundo contemporáneo y sus problemáticas.
En esta oportunidad, en el Chile que estamos viviendo en estas últimas semanas, me ha llevado a reflexionar, recordando esta obra del Museo Nacional de Bellas Artes: Ojo con los desarrolladores, pues según mi parecer, la problemática desatada bajo las demandas sociales vertidas masivamente en las calles, durante estos aciagos días, son el producto de los mal construidos modelos económicos y políticas sociales que se han implantado en nuestro país hace décadas, los que han terminado por ampliar las brutales desigualdades indesmentibles en cifras. Hoy, sin vuelta atrás, la ciudadanía está empoderada en sus demandas de mayor equidad económica y social, exigiendo mayores oportunidades de participación en las decisiones que involucran al país. La ciudadanía está cansada del nepotismo y la plutocracia maquillada de democracia mediante el voto, aspirando ésta, a mejores estándares en su calidad de vida.
Ojo con los desarrolladores, que olvidaron aplicar modelos económicos donde la riqueza del país, principalmente generada por nuestros recursos naturales, fluyera en forma más equitativa y otorgara por ende, mayor bienestar para todos los chilenos.
Ojo con los desarrolladores, que se olvidaron que el Arte en todas sus expresiones, la Filosofía, la Educación Cívica y la Historia no pueden estar ajenas a las aulas de clases, porque en estas semanas, hemos apreciado la ausencia de esa formación en muchas personas que destruyen el patrimonio cultural de la nación. Personas que, no entienden que borran su propia historia e identidad de una joven nación con apenas 200 años de vida. Personas que, no valoran su patrimonio material, al destruir monumentos que representan al propio pueblo de Chile, su cultura, a los que lucharon por su emancipación y por otras reivindicaciones antes que ellos y gracias a los cuales tenemos otras conquistas.
Ojo con los desarrolladores, que se olvidaron de formar líderes honestos y verdaderos en los que el pueblo pudiera confiar sus demandas; de crear sistemas transparentes y mecanismos de control en las instituciones, los cuales impidieran los desfalcos, colusiones y robos.
Ojo con los desarrolladores, porque el desarrollo económico por sí solo no basta, para hacerse eco de las demandas sociopolíticas y culturales de una nación.