Querido Viejito Pascuero: Aunque me faltan sólo seis días para cumplir 80 años, todavía creo en ti. Te considero representativo de los mejores principios y valores que guían y deben guiar siempre la existencia humana. Es por eso que envío esta carta, a fin de pedirte que en la próxima Navidad traigas los siguientes regalos, no para mí, sino para Chile.
Quiero recibir un paquete de verdadera paz y amor, a fin de terminar con la violencia y odiosidad que se enseñorearon en Chile en los últimos dos meses. Particularmente, te pido el fin de los incendios, saqueos y destrucción generalizada que hemos debido soportar todos los chilenos normales. Por favor, reserva algunos asientos en tu trineo, para que te lleves al Polo Norte a los terroristas, violentistas, agresores y perversos que se adueñaron de las calles de tus ciudades, desataron el miedo, deterioraron la salud mental de los chilenos y provocaron pavor a todos los niveles. En especial, empaca a los encapuchados, los que atacan a la gente, las comisarías, municipalidades, templos, reparticiones públicas, hospitales y todo tipo de recintos públicos. ¡No los queremos aquí!
Pon fin a la violencia sin límites que se desató en el país en los últimos dos meses y se encubrió bajo el manto de las legítimas manifestaciones pacíficas, las cuales, fatalmente, siempre terminaron en desmanes.
Entre lo que también quiero que te lleves están los abusos de los malos empresarios contra los trabajadores. Te pido cambios profundos y prontos en la salud pública y privada, mayor preocupación por la juventud, los adultos mayores y personas en situación de discapacidad.
Tráenos jóvenes dispuestos a estudiar y que, ajenos a la manipulación política, lleguen a las aulas para aprender, y no sólo protagonizar paros y tomas que desembocan en hasta tres meses menos de clases en un año. En este regalo incluye profesores más idealistas, dispuestos a enseñar y no a estar semana por medio en paro. Te pido mejores instituciones públicas y privadas. Realzo que espero nos obsequies un mejor Congreso Nacional, con menos y mejores parlamentarios y menores dietas y asignaciones, con hombres y mujeres consecuentes con lo que proclaman: su disposición de representar al pueblo y servir al país. También te ruego incluyas el presente de una justicia mejor, que se preocupe menos de los beneficios de los delincuentes y más de dar garantías y tranquilidad a las víctimas.
Tráeme y deposita en el árbol empleados públicos, civiles y uniformados, que no protagonicen escándalos y no aparezcan en las secciones policiales de los medios de comunicación como autores de fraude, cohecho, evasión tributaria, etcétera. La lista es mucho más extensa. Te pido esto mientras tanto.
Raúl Rojas, Periodista, Académico y Escritor.