Aún tenemos Radio Beethoven!.
Señor Director:Fueron innumerables los mensajesy a través de todas las plataformas posibles que manifestaban la preocupación de que la Radio Beethoven bajara su cortina musical del dial FM en la capital y a través de Internet para todo Chile, definitivamente, dejando en silencio a sus fieles oyentes de la música docta, los que finalmente lograron que todo está incertidumbre quedará como un mero "intermedio comercial", porque la Universidad Católica compró la marca Radio Beethoven a COPESA y en los próximos meses reiniciará sus transmisiones a través de la frecuencia del dial FM 97,7 (Ex Radio Zero)...
Es destacable que la demanda por los medios que corresponde de los fieles oyentes de la Radio Beethoven haya sido escuchada, un reconocimiento a la Universidad Católica por mantener la música docta en el aire, como una excelente oportunidad para quienes nos gusta escuchar todo tipo de música, guardando las proporciones debidas del caso, pero la mantención en el dial de la Radio Beethoven, en gran parte por las solicitudes de sus radioescuchas, deja la moraleja...
¿Cuántos daños y desgracias a personas y familias, al patrimonio nacional, cuántas incertidumbres laborales y tantos otros graves problemas se pudieron haber evitado, si se hubieran escuchado a tiempo y considerado debidamente las sentidas y justas demandas de miles y miles de chilenos en los últimos 40 años para buscarles oportunas soluciones y no llegar a casi bajarle la cortina a Chile, por la marcada desatención y sordera, a propósito de la música, de las más importantes instituciones del país que supuestamente tienen por principal objetivo el estar al servicio de todos los chilenos y chilenas, en fin, cuántos problemas se pudieron haber evitado?. "La música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía" Ludwig Van Beethoven (1770-1827).
Luis Enrique Soler Milla.
El factor humano de la sequía
Señor Director:La sequía se ha transformado en un problema político, pero no las causas de ésta. No todas las causas de la escasez hídrica son naturales. El resecamiento de la tierra también puede ser provocado por la acción del hombre. La actual calamidad es la concreción de un desastre anunciado. Las advertencias no escasearon. Geógrafos, climatólogos y ecólogos la venían anticipando desde hace décadas. Sus palabras cayeron en oídos taponados por mezquinos intereses.
Los grupos ecologistas se ensañan con las compañías mineras. Pero la minería no es, actualmente, la causante de la aridez. Las faenas mineras deben cumplir con ciertas exigencias ambientales mínimas; no así las labores agrícolas y de pastoreo. Los ambientalistas no advierten que una de las causas humanas del proceso de desertificación es la histórica sobrepoblación de caprinos en el Norte Chico.
El Estado no ha hecho nada por limitar dicha sobrepoblación. Por el contrario, los crianceros durante tres décadas han sido beneficiados con regalías y asignaciones de dinero estatal.
La organización más compleja que ha creado el hombre para contener y prevenir los males es el Estado. Pero en el caso de Chile quienes gestionan el Estado (los políticos) no han hecho nada por mantener a raya el mal que deseca la vida. Por el contrario, lo han radicalizado. Los políticos de la región de Coquimbo tienen una dosis de culpabilidad en el deterioro del medio ambiente, en el avance de la desertificación y, finalmente, en los daños que está causando la falta de agua. Los políticos son responsables de las buenas políticas públicas que conciben, gestionan y ejecutan. Pero son culpables de las omisiones, descuidos y malas decisiones que toman. Y si toman decisiones a sabiendas de que son malas, no son ni inocentes ni estúpidos, son perversos. Puesto que las decisiones políticas tienen un carácter vinculante, una mala decisión tiene un potencial de devastación gigantesco; debido al número de personas (no sólo a las que están vivas, también a las que están por nacer) a las cuales puede afectar la insensatez, la torpeza o la perversidad de los políticos. En una sociedad que se precia de tener juicio político, la discusión también debería girar en torno a la culpabilidad de quienes contribuyeron a radicalizar las causas no naturales de la sequía.
Luis Oro Tapia Politólogo y académico U.Central.
Provocación
Señor Director:"No hay peor sordo que el que no quiere oír", dicta el refrán a propósito de la elite que ya se aterroriza ante el nuevo futuro que el país está exigiendo por vías democráticas. Un abogado de apellido Edwards y la historiadora Santa Cruz argumentan con dramatismo que una nueva Constitución de la República traerá sólo pobreza a la sociedad chilena. Ocho senadores saltan a la palestra, con pucheros, anunciando que no apoyarán un cambio constitucional dada la violencia de grupos juveniles que causan problemas de orden público en algunos lugares, como si el país estuviera en llamas.
Gaspar Millas del Río