Como ya es tradición, en los faldeos del cerro Cayumanqui, específicamente, en el sector Santa Ana de Caimaco; se llevó a cabo la cuarta versión de la Fiesta del Pastel de Choclo, instancia que congregó a miles de personas en torno a la exquisita preparación veraniega y otros derivados de la mazorca.
"El balance de esa fiesta es bastante auspicioso. Hemos tenido una gran cantidad de público durante todo el día. A pesar de que el día está muy caluroso, la gente ha seguido llegando. Sin duda, esta fiesta ha resultado un gran éxito en su cuarta versión, mejorando año a año, tanto en la cantidad de visitantes que llegan, como en la producción del evento y de los pasteles de choclo", indicó Vladimir Peña, alcalde (s) de Quillón.
DE TODO PARA TODOS
A pesar de ser el homenajeado, no sólo pastel de choclo incluyó la fiesta, también otros derivados del maíz deleitaron a los visitantes. Humitas y choclo cocido con mantequilla, fueron parte de la muestra gastronómica que incluyó los infaltables choripanes, empanadas, costillares de cerdo, anticuchos y un sinnúmero de otras delicias.
"Nosotros empezamos muy tímidos hace cuatro años atrás, porque teníamos miedo de que no llegara mucha gente y nos íbamos a quedar con todo el pastel de choclo. Pero fue todo lo contrario y en los años posteriores fuimos creyéndonos el cuento e hicimos muchos más. Este 2020 pusimos 2.500 pasteles a disposición del público y a la hora de almuerzo casi los vendimos todos", contó Donatila Sepúlveda, presidenta de la junta de vecinos Santa Ana de Caimaco.
Conjuntos folclóricos y rancheros amenizaron la fiesta durante la jornada, que se extendió hasta altas horas de la madrugada. Además, se dispuso de una mini feria agroturística, donde se ofertaron todo tipo de productos propios del Valle del Sol, tales como conservas de cereza, mermeladas y artesanías, entre otros.
"Es muy bonita esta fiesta, me gustó desde el año pasado que vine por primera vez y me encantó la fiesta, el ambiente y el clima muy bueno. Nosotros estamos con mi familia en una parcela acá en Quillón y obviamente íbamos a venir a almorzar acá y compartir en familia", dijo Miriam Chávez, turista penquista.
CULTURA GASTRONÓMICA
El pastel de choclo se ha transformado en toda una institución chilena y como plato obligado de verano tiene distintas preparaciones para los distintos paladares. Dulce, salado, con ají o sin; fueron algunas de las variedades que solicitaron los comensales.
"Es primera vez que estoy en esta fiesta y me pareció extraordinaria. Los precios son buenos, está todo rico, buen ambiente, buena seguridad; es excelente la iniciativa de la Municipalidad de Quillón. Aproveché de comer pastel de choclo, choclo cocido y choripanes. Todo excelente", expresó Alex Hermosilla, oriundo de Talcahuano.
El flujo de público fue continuo este año, ya que los intensos 33 grados de calor hicieron que algunos visitantes de Santa Ana fueran a buscar refresco, ya sea en la laguna o en las piscinas de los complejos turísticos.
No obstante, los fieles aprovecharon de capear las altas temperaturas con jugos y bebidas heladas, mote con huesillo y la sensación veraniega, el Melvin o melón con vino blanco y hielo.
"Llegué a la fiesta por casualidad, ya que no sabía que esto se hacía acá. Probé el pastel de choclo, muy rico y los precios muy accesibles. Aprovechamos de capear el calor, yo con mote con huesillo y los demás con melón con vino, que parece que es lo que la lleva en esta época", aseguró Humberto Véliz, turista de San Pedro de la Paz.
Elaborado como sea, lo cierto es que la fiesta en honor al pastel de choclo fue un éxito rotundo, deleitando hasta a los paladares más exigentes. Sin duda, la celebración se ha posicionado como una de las mejores a nivel regional y quizás en el futuro de Chile.