Colectiveros y micreros la sufren con el extremo calor de la ciudad
TENDENCIA. La capital de Ñuble siempre ha sido reconocida como uno de los territorios con mayor amplitud térmica durante todo el año en el país.
Las botellas de agua son el participante infaltable en cada una de las actividades que se desarrollan en Chillán durante el verano. De manera especial en las jornadas más recientes, en que los termómetros han superado por mucho los 30 grados.
Desde la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), la meteoróloga Bárbara Tapia explica que los registros de altas temperaturas durante los últimos días, corresponden a tres olas de calor, que han abarcado 16 días seguidos y cuya mayor temperatura fue el domingo 9, con 37,2 grados. Antes de eso se registraban los 35,9 grados del 18 de enero y los 34,2 grados del 31 de diciembre pasado.
"La sensación corresponde a lo que se percibe, que no es lo mismo que las temperaturas que se registran en condiciones ideales para poder compararlas. Por supuesto que si alguien está en una caseta y con ropa oscura, todo el día de pie, obviamente que va a sentir más calor que alguien que está sobre pasto, con ropa fresca y con ventilador. Al final es una apreciación diversa, que va a depender de la actividad que se realice", destaca.
La profesional explica que cada termómetro de la DGAC se ubica a una altura específica y, evidentemente, no marca el mismo calor que pueden sentir las personas que están en espacios cerrados durante las extensas jornadas.
Más aún si hasta hace algunos años el atardecer marcaba la hora en que apaciguaba el calor y se podían refrescar un poco los espacios. En la actualidad, pasadas las 20 horas todavía se siente un aire tibio al caminar por calles céntricas.
"Estas sensaciones también están asociadas a las humedad y al viento, por ejemplo en el Caribe a veces la temperatura no es tan alta, pero es mucha la humedad, entonces se siente como estar en un horno", añadió.
Realidad en movimiento
Los dichos de la meteoróloga se condicen plenamente con la realidad que han enfrentado, por ejemplo, los conductores de autobuses y colectivos en Chillán.
Durante todo el día se desplazan por el centro de la ciudad, transportan a público de disintas edades, que comentan lo ingrato que es moverse por el centro con tan elevadas temperaturas, pero su responsabilidad con el trabajo los obliga a tomar medidas inmediatas para aplacar el efecto de estas características estivales.
La congestión vehicular en las calles dista mucho del panorama que se percibe durante el año académico, pero aun así, las rutas peatonales están menos pobladas en Chillán, en horarios en que la temperatura pone en jaque el bienestar de residentes y veraneantes en la zona.
Jorge Astudillo es chofer de colectivo y durante el fin de semana transportó a pasajeros, pese a la sensación que tenía. "Se siente mucho calor aquí adentro, así que aire acondicionado no más y harta agüita", expresó como la fórmula para soportar estas condiciones poco amigables.
Además, nota que hay menos público circulante durante enero y febrero, aunque no se atreve a afirmar completamente que esto corresponda a las altas temperaturas del verano chillanejo.
En tanto, César Espinoza conduce una micro, pero particularmente el horario entre las 13:00 y las 14:00 horas, dice que la temperatra es casi insoportable. Además de las medidas de hidratación permanente, este conductor utiliza un paño húmedo cerca de su cuello cada cierto rato, para mitigar la sensación térmica.
Coincide con Astudillo en que hay menos público transitando en la locomoción colectiva durante esta época del año. Para justificar esta realidad coincide el período de vacaciones de los establecimientos educacionales y la opción de quedarse en casa para evitar el calor.
La Dirección Meteorológica de la DGAC pronostica que continuará un verano seco en Ñuble. En tanto, el comienzo del otoño tendrá un poco más de precipitaciones que en años anteriores.
"Si alguien está en una caseta y con ropa oscura, todo el día de pie, obviamente que va a sentir más calor que alguien que está sobre pasto, con ropa fresca y con ventilador. Al final es una apreciación diversa".
Bárbara Tapia, Meteoróloga DGAC