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Fuerza Aérea de Chile: 90 años al servicio del país
Uno de los primeros desafíos, y que nos ataña a nuestro tiempo, es controlar el tiempo que pasan los más pequeños de la casa frente a los dispositivos móviles y sopesarlo con actividades al aire libre. Además, es ideal que esas horas que estén frente a la pantalla sean también invertidas en sus materias educativas.
La globalización permitirá que la "Generación Alfa" cuente -a futuro- con un mayor nivel educacional que sus padres, comenzando más temprano sus estudios y prolongándolos por más tiempo. Es que la tecnología debe verse como una herramienta de apoyo y ayuda para el desarrollo de nuevas habilidades en nuestros hijos. No solo mejorando su aprendizaje cognitivo, sino también físico, pensando en que el día de mañana el papel y lápiz se reemplazará por una pantalla y las manos.
En 2025, cuando nazcan los últimos nativos digitales, los niños de hoy comprarán principalmente en línea, serán más autosuficientes que sus padres y estarán más comprometidos con el medio ambiente y la justicia social. Esta generación, nacida dentro de una sociedad inteligente y conectada, enfrentará los desafíos mejor que ninguna otra, abordando los problemas que los millennials no han podido resolver hasta hoy. Por eso el desafío está en que hoy les podamos entregar mejores herramientas y los llevemos a la utilización correcta de éstas mismas, para que en el futuro puedan aprovechar todos los beneficios que la tecnología en sí les entregará.
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Marisabel Guerra, especialista de dispositivos móviles de LG Electronics
Examen epidemiológico
Escribiéndoles desde mi trinchera en cuarentena laboral (lo de cuarentena es un eufemismo, claro está) antes de empezar mi jornada laboral desde una esquina en mi casa.
Creí importante compartir una reflexión surgida a partir de una noticia leída en la prensa científica internacional asociada a la llegada del virus a África.
Esta noticia tiene que ver con lo que representa además esta epidemia y pienso que es, a mi juicio, lo verdaderamente interesante; ya que desde el punto de vista epidemiológico este famoso Covid-19 está haciendo su pega de acuerdo a lo que la naturaleza lo armó: infectar a una célula sana del hospedero, aprovecharse de toda la "infraestructura" celular que ataca y transformarla en una especie de zombi para que produzca más virus.
Lo interesante de todo el fenómeno es que esta epidemia del Siglo XXI está ayudando a marcar la diferencia conceptual entre crecimiento económico y desarrollo.
Esta epidemia pone a prueba uno de los pilares básicos que toda nación, que se precie de ser desarrollada, debiera tener cubierta a cabalidad: su sistema sanitario. El que debería cubrir las necesidades de salud de toda su población, sin discriminaciones de ningún tipo.
Visto desde esa perspectiva, será interesante evaluar cómo salen de esta crisis los países alrededor del mundo y seguro entenderemos mejor entre vivir en un país "económicamente llamativo" a vivir en un país "desarrollado desde el punto de vista humano".
Vistas así las cosas, quizás no sorprenda tanto la debacle italiana. Se argumenta que ningún sistema sanitario en el planeta es capaz de afrontar un maremoto de contagiados que necesitan atención médica. Es cierto. Pero también es cierto que el maremoto se enfrenta de mejor manera en un país verdaderamente "desarrollado" (en el sentido que planteo, donde el ser humano es el centro de todos los esfuerzos que se hagan).
El Covid-19 aumentó nuestra atención cuando salió de China y empezó a afectar países más "parecidos" al nuestro, como lo son los europeos. Ahora cubre el 100% de nuestras preocupaciones de noticias porque llegó al patio de nuestra casa y va a poner a prueba si somos alumnos "económicamente confiables" o si somos "humanamente desarrollados".
Sospecho que en la primera asignatura vamos a pasar raspando según las cifras macroeconómicas que tanto les gusta argumentar a economistas, ingenieros comerciales y políticos. En la segunda asignatura, en cambio, es probable que el virus nos repruebe y va a ser doloroso.
Y lo más lamentable, es que si no somos capaces de impulsar un clivaje que cambie el rumbo de "desarrollo" al que nos tiene acostumbrados la casta económica y política que ha regido este país desde que Chile es Chile, algún día aparecerá otra prueba impuesta por la naturaleza para demostrarnos que la "copia feliz del edén", que creemos ser, es y siempre ha sido una falacia con letras mayúsculas.
Marcelo Saavedra Pérez, biólogo
Día de la Felicidad
Ver en mi calendario que este viernes 20 es el Día de la Felicidad me produjo pensamientos muy confundidos. Entre esperanzadores y humor negro. Siempre es un buen momento para volver a comenzar.
Jofré Sánchez