OMS
El coronavirus que provocaba la enfermedad SARS (brote de 2002 en Cantón, China, que saltó también de un animal a los humanos) es primo hermano del coronavirus que hoy está produciendo la pandemia. Un equipo de investigadores de Houston (EE.UU.), encabezado por la doctora María Elena Bottazzi , tenía prácticamente lista una vacuna para ese virus y el año 2016 solo le faltaba una etapa que costaría 3 o 4 millones de dólares para completarla. No pudieron obtener ese dinero. Si hubieran completado el desarrollo de esa vacuna, la inmunización contra el virus actual habría estado disponible mucho más rápido.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) maneja un presupuesto anual de más de 4.000 millones de dólares. Como ha afirmado Trump, EE.UU. suspenderá su aporte anual de 400 a 500 millones de dólares (China : 40 millones de dólares) por serias sospechas de encubrimiento de la OMS de lo que, ya no solo EE.UU., sino también Francia y el Reino Unido, calificaron como ocultamiento de información por parte de China en los comienzos de la pandemia.
La OMS tiene un director que es claramente pro-China y que fue elegido con el apoyo de… China. Unos pocos viajes, hoteles y viáticos menos, podrían haber sido unos pocos millones de dólares más para concluir una promisoria vacuna y la situación mundial de la salud (no la OMS) habría sido muy diferente.
Hasta hoy, la OMS todavía recomienda en su página web: "Si no se presentan los síntomas respiratorios característicos de la coronavirus (sobre todo, tos) o no se cuida de una persona que pueda haber contraído esta enfermedad, no es necesario llevar puesta una mascarilla clínica". Pero ya sabemos que es mucho más seguro que todos usemos mascarilla. El último "aporte" de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido declarar que: "No se descarta una segunda ola de contagios". ¿Cómo es esto? ¡ Un presupuesto superior a $4.000 millones de dólares y nadie se la juega para decir si habrá o no, o al menos si es poco probable o muy probable, una segunda ola de contagios!
José Luis Hernández Vidal
Yo solidarizo
Yo solidarizo con todo aquel que ha sido víctima de los ataques perpetrados por el grupo de terroristas que asola el sur de Chile.
Esas víctimas son pequeños agricultores, sin discriminar si mapuches ( que groseramente los denominan "yanaconas") o chilenos o "gringos"; los trabajadores: ya sea a bordo de su camión o ejerciendo un empleo; o pequeños empresarios, que han osado seguir en sus lugares, trabajando y no aceptan esta vorágine violenta que se les presenta, cargada de amenazas, golpes, explosiones, disparos y fuego!
Yo los comprendo y grito junto a ustedes: está claro que no están siendo amparados ni por la prensa ni por nuestro Estado, ni nadie, pues no saben, no conocen. Ya sus casos no hacen noticia: pequeñas palabras nomas, en alguna esquina del noticiero. Ya no emocionan sus tragedias, y el Estado (representado por todos los gobiernos desde esto empezó) se conforma con "interponer una querella". Ni siquiera califica de terrorismo los atentados. Y si por casualidad se detiene a alguien, es atendido y mimado como si fuese gran víctima.
Algo anda muy mal: hay un silencio culpable, una inoperancia y muy en especial, desacato al mandato de la Constitución, que obliga al respeto de la vida, salud y honra de las personas, que nacemos iguales en dignidad y derechos; con libertad para desplazarnos, opinar y trabajar, en paz y seguridad garantizadas. Hoy día una minoría violenta se pasea por los campos exigiendo hacer abandono por terror, con intención de crear un Estado a su pinta, dentro de Chile.
Pido y exijo a quienes corresponde, asumir sus roles y dirigirse contra estos terroristas como corresponde, pues la ley y la justicia dan las armas, sin miedo a aplicar la fuerza. Por eso los admiro y solidarizo con ustedes, valientes chilenos que han sabido oponerse con la sola fuerza de su mirada recia, voluntad recta y noble: resistid, que ya esta tormenta pasará y la paz volverá a los campos de nuestra querida patria sureña.
Claudio Ernesto Zehnder Gillibrand
Oposición y covid-19
"No me gusta una oposición que cree que respecto de esto (coronavirus) también es oposición". Esa fue una de las críticas que lanzó el ex presidente Ricardo Lagos al manejo del coronavirus por parte de la oposición. No dominan este tema y arremeten con amenazas de acusaciones constitucionales, interpelaciones o citaciones a ministros. Hay dos opciones; existe una profunda necesidad de figurar -de la forma que sea y por los medios que sean- en la oposición, o bien, creen que frente a la pandemia la discusión es símil a que modelo de sociedad se adhiere. Cuánta falta hace un baño de humildad y una mirada a la oposición de Portugal, que ante la emergencia sanitaria cerró filas tras el oficialismo y se puso a disposición en lo que a cualquier colaboración y aporte pueda realizar al gobierno. En suelo nacional, solo encontramos obstinación, tozudez y mezquindad. Estén a la altura de las circunstancias, el país lo exige.
José Luis Trevia