El rol de la enfermera
El 2020 fue declarado por la OMS como el año internacional de la enfermería en conmemoración de los 200 años del nacimiento de Florence Nightingale, un 12 de mayo de 1820, quien fue la precursora de la enfermería moderna y una de las primeras bioestadísticas de la historia.
Su contribución nace de la observación de las muertes de los soldados heridos de guerra que cuidaba y como se relacionaba el implementar medidas de higiene como cama única, ropa limpia, ventilar salas, luz directa, eliminación correcta de excretas y enfermeras limpias se relacionaba con una disminución en la tasa de muertes. A través de su diagrama de rosa graficó que la mayoría de las muertes de soldado no eran por heridas de batalla sino por enfermedades prevenibles contraídas por falta de higiene.
Por ella se asocia al profesional de enfermería como "las brujas" de la higiene de manos, medida que actualmente en la pandemia que vivimos es fundamental para cortar la cadena de transmisión. Me siento orgullosa de ser enfermera, soy parte de un equipo multidisciplinario, pero a la vez independiente en las acciones que conducen a un mejor cuidado y recuperación de nuestros pacientes, cuidados que no es solo dar medicamentos, pinchar, hacer curaciones, etc; sino cuidados que nacen del tiempo que comparto con cada uno, de la observación y el conocimiento, de la conexión que nace al celebrar cada avance como un gran logro y en estos tiempo que no se permiten visitas ser de los únicos rostros que les entrega una sonrisa, una palabra de aliento y les transmite que es lo que sigue pasando "allá afuera".
Agradezco seguir sintiendo la alegría de verlos despertar y saber que están bien, que con los cuidados necesarios volverán a ser "como antes" con sus cicatrices del cuerpo y del alma pero serán las personas que con dolor sus familiares despidieron al cruzar esas puertas que dicen "unidad de cuidados intensivos " y volverán a sus hogares a estar con ellos. No somos héroes ni pretendo serlo, no me llamen primera línea porque esto es lo que siempre he estado haciendo, solo les pido que reconozcan esta hermosa profesión que personalmente llena mi corazón y alimenta mi alma, no nos olviden más adelante cuando todo esto pase porque muchas veces hemos sido criticadas cuando exigimos mejoras laborales y reconocimiento al ejercicio autónomo e independiente de nuestro rol como encargadas de la gestión del cuidado.
Hoy celebramos nuestro día y quería compartirles esta reflexión. Gracias a quienes se dieron el tiempo de leerla y muy feliz día a todos mis colegas.
María José Venegas, enfermera UPC
Cárcel y aislamiento social
Alarmante es la situación de Pandemia declarada por la OMS el 11 de marzo respecto al denominado Covid19. Dicha declaración implica un reconocimiento de la alta probabilidad de contagio de toda la población y frente a esta adversidad diversas son las medidas sanitarias recomendadas por la autoridad sanitaria, principalmente distanciamiento social y lavado de manos frecuentes. Estas medidas me llevan a pensar en las personas privadas de libertad y el deber como Estado Democrático de proteger su vida. Diversos han sido los informes que reconocen la precariedad de la situación carcelaria en Chile, por ejemplo el I.N.D.H. elaboró un informe entre 2016-2017 reflejando cifras de hacinamiento superiores al 40% lo que claramente imposibilita aquel necesario distanciamiento social dentro de los recintos carcelarios. Esto se ve agravado si consideramos la dependencia de la población penal del mundo exterior para alimentos, agentes de gendarmería, visitas, encomiendas y otros elementos mínimos que no siempre cumplen protocolos al momento de ingresar. Otro dato relevante aportado por el referido informe es que un 90% de los recintos penitenciarios reflejan problemas de habitabilidad como filtraciones, faltas de camas y condiciones precarias de salubridad, sin duda dichas condiciones inhumanas son elementos que deben ser ponderados por nuestra autoridad para considerar las personas privadas de libertad un grupo de riesgo urgente frente a esta emergencia sanitaria y cuestionarnos como sociedad lo insostenible de las penas privativas de libertad a largo plazo en condiciones tan precarias.
Nicolas Arismendi
Caridad parte por casa
Conocidos son ya los reiterativos casos de incumplimiento de las medidas sanitarias o de sortear los obstáculos que la autoridad ha puesto para limitar desplazamiento. El control de esta pandemia depende en buena parte de la actitud que tomen los propios ciudadanos al momento de enfrentarla y no tan solo de la actividad que despliegue o no el poder ejecutivo. Es deber de cada persona colaborar con el cumplimiento de las medidas y no forzarlas, no solo por las sanciones que traerá aparejada esa conducta, sino para cuidarse a sí mismo y a los demás. La caridad parte por casa. José Luis Trevia