Existen dos tipos de padres: Los que sacrifican a sus hijos y los que se sacrifican por sus hijos. Mi experiencia profesional me ha llevado a conocer historias dolorosas de mujeres que se han sacado el premio mayor con hombres que tienen muy poco de hombres.
Es difícil de creer que el ser humano sea capaz de destruir lo que dice amar, sin embargo, esa es la cruda realidad que muchas veces se esconde o disfraza para no dejarla al descubierto.
Pero no todos sacrifican a sus hijos, también existen hombres y mujeres excepcionales que sin duda son un ejemplo de honor, integridad, fuerza, congruencia, coherencia, bondad y generosidad, que han dado todo por los que aman independiente de la relación que tengan entre adultos, donde ser padre no pasa por un sentimiento que puede variar en el tiempo, sino por una responsabilidad elegida que es de por vida.
Hoy en día tanto hombres como mujeres tienen las herramientas de prevención para no ser padres, no existen excusas para evadir responsabilidades o pagar abortos. Las personas éticas asumen su responsabilidad en todo momento independiente del escenario en que se encuentren sin justificar sus acciones en post de las circunstancias, también existen iniciativas que promueven educación sexual control de maternidad para disminuir la tasa de embarazos adolescentes o no deseados.
Un hijo que no nace del amor, lamentablemente será objeto de disputa entre los padres, olvidándose del sujeto, salvaguardando su dignidad. Hay padres y madres que no comen por darle comida a sus hijos, padres que caminan kilómetros en zonas extremas para llevar a sus hijos a la escuela más cercana, padres y madres que sin ayuda han sacado a todos sus hijos adelante sin quejarse abandonándose a sí mismos, padres y madres que trabajan día y noche por incrementar sus ingresos, padres y madres que no conocen los fines de semana para descansar transan tiempo por dinero. Padres que se hacen cargo de hijos ajenos y son más padres que los propios padres. Padres que ayudan a criar personas íntegras con su ejemplo.
Existen hombres maravillosos que son anónimos y que nadie les da un reconocimiento por su labor.
No son eruditos, personas públicas, estadistas, científicos o intelectuales, son hombres comunes que no alardean del sacrificio que hacen, se mueren con las botas puestas como un verdadero hombre, no salen arrancando para otra guerra sacrificando a sus hijos o bien destruyendo lo que dicen amar.
Las personas cobardes arrancan, las personas éticas afrontan las circunstancias hasta el final. A todos esos maravillosos padres y madres que les ha tocado injustamente ser padre y madre les deseo un gran día.
Camila Zarzar Líder social