Plan reactivación económica
La región de Ñuble, pasa por una crisis económica sin precedentes, debido a dos factores relevantes que ha vivido nuestro país: El estallido social y luego el COVID.
Esto ha significado un grave problema que está afectando considerablemente a los ámbitos agroindustrial, turístico, vitivinícola y forestal, así como a las Pymes. Lo anterior incide en un complejo escenario por la falta de liquidez que se traduciría en pérdida de empleo y a mediano plazo el cierre de empresas, lo cual debemos evitar . Conscientes el gobierno y la oposición en conjunto, han acordado un Plan Nacional extrapresupuestario de 12.000 millones de dólares para la protección social y para impulsar la reactivación económica. Cabe destacar el compromiso y acuerdo colaborativo de la mayoría de los sectores para lograr acuerdos para salir adelante, y así reactivar la economía. En adelante organismos como Sercotec , FOSIS , Indap Corfo y banco estado tendrán la misión de potenciar la reactivación y fortalecer a las PYMES especialmente.
Jaime Hermosilla, ingeniero comercial.
Clase política
Tenemos un sector de la clase política que intenta cambiar la constitución, pero no sabe respetar la actual, votando proyectos inconstitucionales. Este mismo sector habla de cambios de estrategia en la pandemia, critica la gestión del ejecutivo como si fuese una suerte de ente inquisidor omnisciente omnipotente, pero no es capaz de respetar la cuarentena y se pasea en skate como si esto fuese un juego. Piden acuerdos y luego se restan. Buscan empecinadamente que le entre agua al buque, aun mas de toda la que ya le ha entrado en estos últimos meses.
¿Que hicimos mal como para merecer que nos llegue este azote de Dios?
Pedro Pablo Toledo B, estudiante de Medicina
Desigualdad en Chile y pandemia
Luego de la revuelta popular de octubre, muchos nos preguntamos sí ese era el principio del fin para el modelo capitalista desbordado. Digámoslo claramente, cuando muchos expertos afirmaban que "nadie vio venir" el mal llamado "estallido" social, me sitúo desde la lógica de la evidencia acumulada respecto de segmentación educativa, segregación territorial y barrial, acumulación de la riqueza y desigualdad estable en Chile desde mediados del siglo XIX, y afirmo, sin ambages, que sí sabíamos que esto iba a pasar. Sin embargo, como quién esconde la cabeza para no ver el desastre, nos negamos a asumir nuestra aciaga realidad. Somos uno de los países más desiguales del mundo y, ocurrida la pandemia, la desnudez de esas inequidades nos golpean en la cara.
La colusión del Estado con el sector empresarial para el mantenimiento y reproducción de las lógicas de mercado y de los patrones obscenos de acumulación del capital, son expresión palpable de que el sistema tiene que cambiar. Ante la pandemia, la diferencia entre los planes de rescate para los grandes empresarios y los escuálidos planes de asistencia social para los más pobres de este país, muestran las claras preferencias de un Estado cómplice. No obstante, comparto la idea de quienes afirman que el sistema capitalista está en una crisis planetaria; desde ese lugar, la pregunta razonable es ¿es una crisis en dirección a desaparecer o para la preservación? Mi respuesta es, depende.
En Chile, dependerá de la fuerza que pueda tomar el "Poder Constituyente" del que tan bien escribe Gabriel Salazar. La oportunidad está: Una nueva Constitución. El "pueblo" (muchos le temen a esta palabra) tiene un poder que puede y debe ejercer por sí mismo para determinar qué Estado le parece apropiado para garantizar el máximo bienestar de toda la ciudadanía. Ese Estado, decidido por la soberanía popular, debe corregir el modelo de desarrollo, detener el extractivismo y la destrucción de suelos, aire y mares; debe proveer de una genuina seguridad social, con altas cuotas de solidaridad y de un denso tejido social de sostén a los tiempos difíciles. Recuperar el sentido de barrio, de comunidad; abandonar la competencia desmedida, el lucro exagerado, el endeudamiento como factor de status. Debe, además, incorporar el sentido multicultural de nuestro Chile y reconocer a nuestros pueblos originarios. En fin, ¿es posible superar las desigualdades? Sí, otros países ya lo han hecho, pero han debido abandonar el modelo capitalista a ultranza.
Carmen Gloria Jarpa Arriagada Académica Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad del Bío-Bío Directora de Escuela Trabajo Social de la Universidad del Bío-Bío