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Sobre este punto, el cientista político y docente de la Universidad de Talca (UTalca), Mario Herrera, sostiene que el rechazo de dichos artículos "representa una derrota para el sector de los eco-convencionales". En la misma línea, puntualiza que pese a obtener una mayoría en la comisión "esto no garantizó en absoluto que se aprobara en el pleno" y considera que "es una lección, además, para el resto de las comisiones. No basta con los votos de grupos específicos para aprobar artículos en el pleno, sino que más bien una correcta negociación política y sentido de oportunidad sobre su posible aprobación en el pleno".
"Existe cierto componente simbólico en la presentación de artículos en el pleno, pero el bien mayor es la redacción de la Constitución en los tiempos previstos. Ahora tienen la oportunidad de volver a presentar alguno de estos artículos y probablemente fundan parte del contenido de los rechazados con los que también fueron rechazados pero que pueden volver a la Comisión. En cualquier caso, los nuevos artículos deberán recoger las opiniones presentadas en el pleno", complementa el académico del Centro de Análisis Político de la casa de estudios maulina.
Por su parte, Fernando Wilson, académico de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez, asevera que el rechazo de las normas, así como la insistencia de la misma comisión en "proponer visiones radicales" como la nacionalización de la minería, "refleja el problema central de la Convención, en que muchos miembros operan desde una plataforma de activismo y que no comprende a cabalidad que la Constitución debe ser un texto de orden genérico, que ilumine los procesos legales o legislativos".
En ese sentido, el también doctor en Historia hace énfasis en que los integrante de la mesa instalan propuestas que "que obedecen a la legislación y que son muchas veces de carácter puntual y local, antes que realmente planteamientos gruesos que debieran iluminar una estructura de estas características. Una primera señal de eso son los múltiples adjetivos que acompañan prácticamente todas las propuestas de artículos, generando de esa manera una contradicción y una tensión importante"; y además descarta que el resultado de la votación haya sido una muestra de moderación, sino más bien da cuenta de una Convención "extraordinariamente fragmentada, que no tiene grandes de opinión".
Desafíos para la armonización
Por otra parte, Wilson plantea sus inquietudes a la labor que ejecutará la Comisión de Armonización, que estará encargada de ensamblar de la mejor manera los textos aprobados a lo largo de las próximas semanas. Por lo mismo, estima que el desafío que tendrá esta instancia "será muy elevado, tanto porque sus propios reglamentos son restrictivos en relación a su capacidad de intervenir el fondo de los artículos y el hecho de que muchos textos presentan contradicciones importantes.
"Otro problema que se vislumbra es que una serie de temas que se estarían proponiendo como parte del texto constitucional, no corresponden propiamente al nivel constitucional. Mientras que en otros casos, los artículos delegan a la legislación temas, aspectos o principios que sí deberían estar incluidos en la Constitución, generándose una contradicción importante que de cierta manera, escapa a la propia Comisión de Armonización, quedando la responsabilidad en el pleno, con todo lo que ello implica", agrega.
Mario Herrera, en tanto, coincide en las escasas atribuciones de la Comisión de Armonización, explicando que "su mandato es a revisar potenciales errores de escritura y de coherencia en el texto, más no a modificar artículos que eventualmente queden contradictorios Lo anterior sumado a que los integrantes de dicha comisión tendrán un fuerte perfil político". 2