Recientemente el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECH) , ha publicado una declaración que hace ver la gravedad del texto que la convención Constitucional ha aprobado que, de no mediar alguna modificación, sería incorporado en la Nueva Constitución para ser votada por los chilenos en el segundo semestre de este año y que se refiere, ya no a una mera despenalización, sino a una legalización lisa y llana al aborto libre en nuestra patria.

Nadie puede desconocer los efectos que un embarazo no deseado puede traer a la madre para su proyecto de vida, más que al padre, pero menos se puede ignorar, al punto de ni siquiera mencionar, el derecho a la vida del que está por nacer y que con esta posibilidad se abren las puertas para su eliminación bajo la tuición del Estado y que el aborto, ahora reconocido como un derecho se puede invocar sin posibilidad de regulación, pues como los mismos Obispos lo señalan, las leyes que se promovieran en un afán de acotarlo serían declaradas inconstitucionales y por lo mismo ilegales. En el interés de reconocer a ultranza los derechos de la mujer al control de su propio cuerpo se ha pasado por alto la situación del que está por nacer sin ninguna limitación. Sabemos que de lo que no se habla ni ve, termina por no existir, máxime en una cultura como la nuestra en que todo tiende a ser tasado, medido y pesado.

Para los cristianos existe una vida humana desde el momento mismo de la fecundación y desde ahí es sujeto de derechos. El primero es el de permitírsele continuar su desarrollo, en el primer tiempo en el vientre de su madre y ya nacido, bajo el amparo de su familia y si no la tiene, bajo las instituciones que la sociedad organizada pueda proveer tal que le aseguren una protección adecuada. Sin embargo, preciso es reconocer que en lo segundo se está en deuda, porque lo que existe es muy insuficiente. Para proteger la vida el oponerse a una ley de aborto no es más que un primer paso, lo que debe continuar con acciones concretas a favor de la madre que le posibiliten que ese niño que está por nacer y no deseado, tenga las posibilidades de continuar con su vida ya iniciada y ella misma, con apoyo y mano generosa, pueda eventualmente, desistir de tomar una decisión que nunca debemos dejar de entender como una medida desesperada.

Guillermo Stevens M. Diácono Obispado de Chillán.

Hace cerca de veinte años, el escritor Esteban Ascencio, decidió hacer un recorrido por Sudamérica, para encontrarse con poetas y escritores de esta porción del continente. Hizo su viaje cargado de esperanza y sin expectativas, lleno de asombro y ansiedad. Apuntó su vuelo a distintos países y fue en Argentina, junto al poeta Horacio Salas en Buenos Aires que tomando el teléfono llamó a Gonzalo Rojas en Chillán de Chile y al otro lado de la montaña, la voz de trueno respondió con un "Sí, que venga Ascencio, lo espero en mi casa".

El joven escritor mexicano, supo de fronteras hasta llegar a la ciudad de los artistas y héroes, en donde sus paisanos Siqueiros y Guerrero habían elevado la pintura en murales en una escuela que lleva el nombre del país de origen. Ascencio se encontró con Rojas en una tarde de invierno, sin saber de la inclemencia chillaneja en los meses de solsticio en el hemisferio sur. Da la impresión que el frío fue la entrada para la amistad y el generoso coloquio. Al leer Memorias de un poeta, Diálogo con Gonzalo Rojas, nos encontramos frente a un hombre que cuenta su historia y la historia de un país, con la singular oralidad de los antiguos, es decir con la generosa recurrencia de volver a los paisajes, al barro y al aire que los ha formado. La misma historia personal que se repite en biografías autorizadas o no. Lo cierto es, que este libro de ciento doce páginas, nos refiere a un poeta largamente distendido, que vuelve al origen con su nuevo amigo para mostrarle el viento de Lebu, la tumba de su padre y el relámpago que crece en los potreros frente al mar furioso de Arauco.

La forma narrativa de Esteban Ascencio es particularmente oído poético, pues si bien, es cierto que la entrevista mantiene ciertos parámetros poco flexibles para referirse a un tema determinado, aquí, es una historia contada por su protagonista con reflexiones y datos que si bien pueden ser imprecisos, la calidez de la palabra sugiere una íntima relación con el interlocutor, como si en la noche más oscura no hubiese otra cosa que hacer que sobrevivir a punta de historias y poesía.

En sus recorridos por lugares significativos, Rojas y Ascencio subieron y bajaron por el abismo de las escaleras de la Universidad de Concepción, identificando los lugares donde se realizaron los Encuentros de Escritores, las Escuelas de Verano, donde América latina sí fue la "Casa" y más allá de las fronteras imaginarias de los más destacados escritores y pensadores del orbe, justo ahí, en Concepción y alguna vez en Chillán. Luego de algunos años, el escritor Carlos Fuentes, recordaría con estas palabras. "sobre el nacimiento del boom cada uno tiene su versión; la mía, que comparto con José Donoso, es que todo empezó en la Escuela de Verano de la Universidad de Concepción, Gonzalo Rojas, el gran poeta chileno nos reunió a varios escritores y críticos". De esas experiencias, existe registro fotográfico que, generosamente ha sido donado por Esteban al Centro Cultural Casa Gonzalo Rojas en Chillán de Chile, como una forma de tributo a los espacios vitales en los que habitó junto al poeta y que a partir de este 30 de marzo serán exhibidas en La Pajarera, lugar icónico estructuralmente que demanda aire y que fue aire para tantos escritores y amigos que pasaron por la casa del poeta.

Hoy, que los relojes del tiempo han determinado que Esteban Ascencio lleva 25 años leyendo a los grandes que lo precedieron y continúa alimentándose de poesía y escribiendo desde el relato vivo y confidente, no queda más que agradecer la vida y su lugar en el Gran Juego, en los laberintos de libros que lo acusan de escritor y en el aire del mundo que se complace por el trabajo que llega sin reparos a toda América.

Laura Daza Escritora.

Está comprobado que los buenos hábitos alimenticios más la práctica de actividad física inciden positivamente en la salud de las personas. En este contexto, es importante también cuidar las características de la comida que se ingiere, toda vez que los excesos son perjudiciales para la salud. Especialmente cuando se trata de la sal, ya que se sabe que una cantidad excesiva de esta en la dieta causa aproximadamente el 10% de las enfermedades cardiovasculares y se le ha vinculado incluso con el cáncer de estómago, empeoramiento de asma y osteoporosis, entre otras patologías.

Estos datos salieron a colación en la semana que hoy termina, en el contexto de la Semana Mundial de la Sensibilización sobre la Sal, instancia donde profesionales vinculados a la salud enfatizaron el llamado a tomar a conciencia sobre su consumo excesivo y mejorar los hábitos alimenticios.

Sobre este tema, Marcelo Cádiz, director de la Escuela de Nutrición y Dietética Universidad de Las Américas, señaló que "a la gran mayoría de las personas nos gusta comer ciertos alimentos que contienen más sal de la que debería incluir, dado que ella intensifica los sabores, sin embargo, no tomamos conciencia de que esta acción nos hace consumir más sodio de lo normal y del que requiere nuestro organismo". Asimismo, el especialista explica que el Ministerio de Salud recomienda que el consumo de sal al día debe ser menor a 5 gramos, y según la última Encuesta Nacional de Salud, los chilenos en promedio consumimos 9,4 gramos diarios, cifra que duplica esta recomendación.

Ahora bien, aunque se sabe que es difícil modificar hábitos alimenticios que han perdurado por años en la dieta de las personas, se hace necesario insistir en los problemas que ocasionan los malos hábitos. Por ello, se debe tomar conciencia de que el exceso de sal en las comidas es dañino y puede ocasionar graves enfermedades. Un llamado de atención que debe ser considerado por todos los segmentos etarios, especialmente por la población más joven, que aún está a tiempo de cambiar hábitos que de no ser modificados pueden generar complicaciones en la etapa adulta.