La pandemia impactó en las aulas, ampliando el rezago y brechas educativas. Una de las áreas más afectadas fue la lectura y escritura, competencias cruciales para desenvolverse en la escuela y en los ámbitos laboral y social. El Ministerio de Educación detalló que el 60% de los niños que pasan a segundo año básico llega sin saber leer correctamente. Significa que cerca de 158 mil alumnos que debían aprender a leer en primero básico no tienen el nivel adecuado, afectando su aprendizaje. No aprender a leer en primer año provoca un retraso difícil de remontar, lo que podría relacionarse con dificultades en la metodología, bajo acceso a material y libros, y falta de apoyo de la familia.
Esta dificultad en la lectura incide después en una baja comprensión lectora. El analfabetismo, entendido como la imposibilidad de leer y escribir, ha ido en retirada, pero ahora prima un analfabetismo funcional, que es la falta de comprensión y de expresión adecuada.
Esto no es exclusivo de los niños, ya que la población -en general- lee mal, escribe dificultosamente y se le hace difícil comprender y retener ideas. Esas personas no serán capaces de captar, por ejemplo, las instrucciones que se les den, los beneficios que pueden obtener, defender sus derechos o exponer sus propuestas.
Se requieren esfuerzos en distintos niveles y de manera sostenida para reducir estas brechas y que todos los niños tengan las oportunidades de desarrollar la lectura. Por ello, representantes de más de un centenar de organizaciones públicas y privadas dieron inicio a la campaña "Por un Chile que lee", que busca contribuir a solucionar la profunda crisis en el aprendizaje de lectura, mediante acciones de corto y mediano plazo y un enfoque colaborativo.
Promover la lectura en primero básico requiere que haya disponibilidad de libros, que los profesores sean lectores y estén en condiciones de enseñar a leer desde las edades más tempranas, además del compromiso del entorno. Esta iniciativa permitirá llegar a cada escuela ofreciendo oportunidades para que los niños puedan desarrollar su lectura, entendiendo que es una de las piedras angulares para la adquisición de conocimiento, desarrollo del pensamiento y socioemocional, que permite entender el mundo, abrir la mente, imaginar y crear.