En Ñuble 53 mil 428 personas trabajan en la informalidad
MAYO-JULIO DE 2020 . Así lo establece estudio del Observatorio Laboral regional. Especialista del organismo estima que fenómeno forma parte del desarrollo al generar ciertos beneficios a un sector que representa al 29,3% en la zona.
La reciente semana se dio a conocer el informe laboral del INE que reflejó que la desocupación en Ñuble alcanzó el 12.1% en el trimestre mayo julio, lo cual redunda en que en los últimos doce meses la región perdiera 34 mil 959 puestos de trabajo. De la mano de lo anterior, cabe consignar la cifra de trabajadores informales, entendiendo dicho concepto como una economía que carece de registro en el Servicio de Impuestos Internos, pero que es un sustento importante para muchas familias.
En este ámbito también están los ocupados informales que son trabajadores dependientes que carecen de acceso al sistema de seguridad social por concepto de su vínculo laboral. También están los trabajadores independientes en que la empresa, negocio o actividad que desarrollan pertenece al sector informal
Considerando lo anterior y según señala el Reporte Regional del Observatorio Laboral Ñuble, los ocupados informales representan el 33,8% de los ocupados en la región, equivalente a 76.396 personas durante el 2019, mientras que en el periodo Mayo-Julio de 2020 el número de ocupados informales fue de 53.428.
El análisis por sectores indica que el comercio concentra el mayor porcentaje de independientes formales (35,38%), seguido de silvoagropecuario y pesca (14,1%) e industria manufactura (13%).
En cuanto a la informalidad de los trabajadores independientes, está mayormente absorbida por los sectores construcción, industria manufactura y comercio con un 20,3%, 19,3% y 18,6% respectivamente.
Respecto a los trabajadores dependientes formales de la región de Ñuble, estos están concentrados en el sector silvoagropecuario y pesca (18,1%), seguido de cerca por las actividades de enseñanza (16,9%) y comercio (16,6%).
Finalmente, el sector silvoagropecuario y pesca concentra un notable 25,5% de los trabajadores dependientes informales de Ñuble, seguido por hogares como empleadores (17,5%) y comercio (10,1%). Se debe destacar respecto a la proporción de informales en el sector silvoagropecuario, que este ha sido tradicionalmente un sector con altos niveles de informalidad, donde una parte importante del empleo depende también de la estacionalidad del sector y la contratación de personal a trato, especialmente durante las actividades de cosecha.
Miguel Hernández Morales, analista del Observatorio Laboral de Ñuble destacó que a nivel general en el periodo Mayo-Julio de 2020 el número de ocupados informales en Ñuble llegó a los 53.428 y 126.211 ocupados formales, generado una tasa de informalidad del 29,3%, mayor en 7% a la realidad del país que llegó a 22,3% en igual periodo. Cabe mencionar que la informalidad apunta si la cobertura de seguridad social (previsión y salud) es cubierta producto de la relación contractual con el empleo o es cubierta de forma independiente por el trabajador.
De esta manera el analista ve con buenos ojos la proliferación de los trabajos informales. "No es contradictorio impulsar un sector que es considerando un termómetro del crecimiento del país como lo es la construcción, ya que la informalidad es un fenómeno no aislado de la economía local, ni internacional y forma parte del desarrollo de los sectores al generar ciertos beneficios para el sector en no mantener una relación contractual permanente para una actividad muy puntual para una empresa del sector de construcción, no así cuando esto es algo habitual por las empresas".
"De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los establecimientos del sector formal pueden depender del sector informal y de las ocupaciones informal para asegurar flexibilidad, menores costos y generar mayores ingresos para las empresas. Entonces, la actividad formal no existe de forma separada de la actividad informal, más bien depende de ella, comercial con ellos y presta servicios para el sector. Por lo tanto, el crecimiento de un sector depende de las ocupaciones formales e informales cuando estas prestaciones son puntuales y esporádicas el sector, no así cuando las ocupaciones son forma permanente ya que genera una desprotección social a los trabajadores del sector en términos de la cobertura de su seguridad social (previsión y salud)", agregó Miguel Hernández.
Además, dejó en claro que el fenómeno de los trabajos informales no es exclusividad de la región. "Efectivamente, la tasa de informalidad de la región ha sido mayor a la realidad nacional en aproximadamente 6% desde el origen de la medición de la informalidad en Chile.
Finalmente, con respecto a las proyecciones de la informalidad producto de la contingencia nacional y mundial concluyó que "de acuerdo a las últimas cifras, la tasa de informalidad de Ñuble y el país está cayendo producto de la caída en la cantidad de ocupados, el aumento de los inactivos y por consiguiente una caída en las tasas de ocupación y participación. Lo cual se refleja en un aumento en la tasa de presión laboral y tasa de desocupación con fuerza de trabajo potencial, que contiene a los desocupados y los inactivos que potencialmente ingresarían al mercado laboral en caso de existencia de posibilidad de empleos. Por lo tanto, es de esperar que el empleo informal siga creciendo durante el resto del año".
"No es contradictorio impulsar un sector que es considerando un termómetro del crecimiento del país como lo es la construcción".
Miguel Hernández Morales, Analista del Observatorio Laboral de Ñuble
Visión Seremi del Trabajo
La seremi del Trabajo, Yeniffer Ferrada, tiene una visión negativa sobre los trabajos informales, sobre todo desde el punto de vista previsional. "La informalidad laboral acarrea múltiples problemáticas, puesto que quienes están en ella no cuentan, por ejemplo, con seguridad social, ni cobertura ante accidentes del trabajo y, además, pierden acceso a ciertos beneficios estatales que exigen un contrato o ingresos formales. Por ello, es de especial preocupación del Gobierno mantener los empleos formales, impedir que se destruyan más y, en la medida que la situación sanitaria lo permita, incentivar la contratación y colocación de personas. En el caso del Plan de Reactivación Económica, hablamos de puestos de trabajo dentro de la formalidad, de ahí su importancia".