Rodrigo Castillo R.
Hace unos días, Joe Vasconcellos escuchó en la radio su canción "Mágico", y se sintió tan conmovido que de sus ojos brotaron "unas lagrimitas". El tema, que es todo un clásico chileno y forma parte de su nutrida colección de éxitos como cantautor, tenía un sonido alegre, contagioso y lleno de esperanza que le recordó los buenos tiempos, cuando era posible hacer conciertos y reunir a mucha gente en un solo lugar.
"Cuando sonó mi canción me emocioné, porque echo de menos mi trinchera, echo de menos el escenario, a mis amigos músicos, al público. Mi función en la sociedad es alegrar a la gente, bajar la tensión nerviosa, y eso requiere mucha seriedad, porque es harta pega", comenta este artista con raíces brasileñas que desde mediados de los años 80 ha demostrado su capacidad para convertir cualquier presentación en un verdadero carnaval de ritmos afrolatinos.
Como todos sus colegas, Joe ha sufrido los efectos de la pandemia y recién ahora, tras dos años de emergencia sanitaria, puede darse el lujo de hacer algunos planes. Según adelanta, el próximo mes de marzo será un punto clave en su retorno a la acción.
Regreso a los shows
El 9 de marzo debería estrenarse la obra "Cauri Pacsa: Los niños y el plomo", espectáculo del colectivo La Patogallina en que el autor de "Hijo del sol luminoso" aportará tres canciones. En esos mismos días, también, quiere tocar en vivo su single más reciente, "Que no decaiga", que fue lanzado en septiembre, a través de plataformas digitales, e incluye la participación vocal de Ema Pinto (ex Matahari).
"Estamos preparando dos shows, cruzando los dedos para que se nos permita subir al escenario, porque uno, como está con susto, ya no puede anunciar que en un año más o en dos meses más va a hacer tal o cual cosa. Uno no es Bugs Bunny, el conejo de la suerte. El show de noviembre de 2019 en el Movistar Arena, con el que celebramos los veinte años de nuestro disco 'Vivo', lo preparamos con un año de anticipación y luego vino el estallido social de octubre. No sabíamos si íbamos a poder tocar y estuvimos así casi hasta el día mismo de la presentación", relata Joe.
-En agosto pasado diste una entrevista en la que confesaste que a tus 62 años ya te había llegado "el viejazo". Ahora pareces más animoso que en esa oportunidad.
-Sí, estoy mejor. Estoy cuidando la salud, estoy más delgado y estoy componiendo, soñando. Mientras uno tenga sueños, está todo bien. Y sobre eso del "viejazo", yo creo que este asunto de la pandemia nos ha envejecido a muchos de nosotros, los músicos y artistas escénicos. Uno se alimenta del aplauso del público y yo siempre me he cachiporreado con que hago mi trabajo en vivo y con que me gusta viajar. Y con esto que pasó en 2020, en mi banda fuimos 25 personas que nos quedamos sin pega.
Encierro y cuarentena
-No te imagino viviendo en cuarentena, en el encierro.
-¡No, el encierro te mata! Yo en estos dos últimos dos años estuve jardineando, cocinando. Y claro, uno planta sus plantitas y cocina rico, pero esa no es mi pega. Y por qué no vamos a hablar de la cantidad de amigos que han partido y no sólo por el covid. Ha habido casos de depresiones que derivaron en cáncer. Le ha ocurrido a mucha gente y lo que nos ha hecho bien es conversar con colegas: nos hace bien compartir nuestras experiencias porque hay mucha incertidumbre.
-Antes hablabas sobre bajar la tensión nerviosa de la gente, pero hace poco estuviste envuelto en una polémica en Twitter, por un malentendido sobre algo que dijiste acerca de las dificultades de cantar con mascarilla.
-Sí, dije una cosa y me la agarraron por otro lado. Yo puedo hacerme cargo de lo que escribo, pero no puedo hacerme cargo de la forma en que otros me entienden. La verdad es que Twitter es bien tóxico, pero lo que pasó esa vez fue que yo hice un comentario técnico entre músicos. Había estado hablando con mis colegas y con ellos decíamos que cuando cantas con mascarilla se pierde el brillo de la voz y se escuchan puros tonos medios. ¡Pero nunca quise hacer un llamado a no usar mascarilla! Cómo se te ocurre si en mi pega yo tengo que ser muy responsable. Igual se entiende que en estos tiempos estamos todos nerviosos y también, lamentablemente, parece que hay que reforzar la educación, la comprensión de lectura.
62 años tiene el autor de "Mágico", quien dice haber sufrido mucho por el encierro a causa de la pandemia.