Juego v/s videojuegos
El juego, en las distintas etapas del desarrollo infanto juvenil, es fundamental. En un inicio, este es más manipulativo y sensorial, para dar paso a actividades funcionales, y más tarde, se transforma en una actividad en que se representan actividades que conocemos y creamos.
Esto prepara a los niños para actividades cada vez más creativas, simbólicas y representativas de realidades que les permiten imaginar y desarrollar actividades sociales e individuales ricas en habilidades de pensamiento, desarrollo de habilidades sociales y manejo emocional acorde a su edad. En la etapa escolar y adolescente, los juegos cambian a una actividad más relacionada al compartir, competir y desarrollar estrategias para solucionar desafíos.
Estos procesos no solo son fundamentales para generar y fortalecer habilidades propias, sino que además ponen en contacto con otros niños y adolescentes que observan, copian y crean sus propias formas para enfrentarse a estas actividades.
En contraste, las pantallas evitan y limitan la mayor parte de estas posibilidades. Por más que creamos que el desafío del juego en línea es permanente, se ha visto en estudios cerebrales que las zonas para activar son siempre las mismas y esto nunca es tan positivo en los estados iniciales del desarrollo.
Junto con esto, y tal como lo ha demostrado la pandemia, la falta de socialización no solo afecta la capacidad de interactuar, sino que también disminuye o anula la posibilidad de hacerlo adecuadamente. Ello compromete no solo el aprendizaje de los niños y niñas, sino que también de su desarrollo psicoafectivo que es fundamental en el aprendizaje y desarrollo de nuestra identidad.
Claudia Figueroa León, Unab
Libertad y coraje
La sociedad del futuro, que ya se siente fuerte y que no estamos sabiendo calibrar, trae cambios insospechados, principalmente debido a la tecnología y la inmensa información que traspasa valores, fronteras y redes.
Es importante tratar de conversar y difundir sobre los temas nuevos y en qué podemos establecer acuerdos. No tenemos guías, planos, mapas ni gurús serios que nos puedan endilgar en el camino.
Bien vale volver a lo básico como ser humano, la vida, la naturaleza, el conocimiento, el respeto, la comunicación y entendimiento con el otro, la sustentabilidad, entre los principales. A la vez de continuar con el crecimiento, el desarrollo económico y el uso eficiente de todos los recursos.
Hoy rescato algo antiguo pero vigente para el futuro, volver a una sociedad de la confianza.
Esta confianza se basa en la comunicación y la verdad.
aa Si bien ambas se mueven en planos y a velocidades distintas, debemos recuperar ese camino y apartar a quienes no lo comparten, no lo entienden, o decididamente no lo quieren. Con los dos primeros grupos se puede conversar y exponer con evidencias las bondades de volver a confiar entre nosotros.
Para esto, requerimos de dos aspectos desarrollados en los primeros años del ser humano y que se han ido perdiendo: 1) El derecho de todo ser humano de expresarse libremente, y 2) Respetar el coraje de decir la verdad.
Líderes y gobiernos se han aprovechado de la vorágine de la tecnología y de la información para controlar a sus ciudadanos, estableciendo agendas ocultas y otras no tanto como el gran reseteo, la agenda 2030 y lo que handesarrollado algunas dictaduras. Natura ¿non? facit saltus
Jorge Porter
Rebaja en edad para votar
A casi un mes del plebiscito, toma relevancia la discusión sobre la rebaja en la edad de votación (16 años, según el borrador constitucional). Varios han sido los argumentos para estar a favor o en contra. ¿Pero cuáles serían los impedimentos para que alguien de 16 años que, teniendo responsabilidad en el caso de que cometa algún ilícito civil, delito o falta, y que perfectamente puede pagar impuestos, no tenga responsabilidad política?. La discusión está lejos de llegar a un pronto fin, sin embargo, poco y nada se ha señalado sobre el efecto electoral negativo que podría provocar la rebaja en la edad de votación. Si bien es cierto no existe ningún estudio empírico que demuestre qué ocurre con nuestro cerebro entre los 16 y 18 años para lograr afianzar nuestras convicciones políticas, países como Austria -el cual observamos y nos gusta imitar- han podido demostrar lo que provoca la polarización electoral cuando nuestras convicciones no están afianzadas.
Por lo demás, una rebaja en la edad de votación podría causar proselitismo político en los establecimientos educacionales; donde más que lograr que los jóvenes desarrollen un análisis crítico, sean usados como medios para lograr un fin. Es por esa razón que siempre se ha convenido que la mínima formación cívica culmina cuando se concluye la etapa escolar, y en nuestro país es a los 18 años.
Matías Alcayaga Todorovic