Hace 3 años | 3 de octubre 2019

Escolares no usan patio por temor a grúa de constructora

Centro de Padres del Instituto Santa María ingresó un recurso de protección y acusan que la construcción de edificio de 20 pisos reviste riesgo. Director denunció que la infraestructura del colegio sufrió daños a raíz de los trabajos. Según apoderados, empresa incumplió medidas de mitigación.

Hace 2 años| 3 de octubre 2020

4.500 trabajadores de Ñuble no saben leer ni escribir

Trabajadores sin y escasa escolaridad tienen un sueldo promedio mensual menor en un 57,7%. Región ocupa el segundo lugar a nivel nacional con mayor proporción de fuerza de trabajo con esta característica. Seremi del Trabajo señaló que cifras se convierten en un desafío para abordarlas desde las políticas públicas locales.

Hace 1 año | 3 de octubre 2021

Advierten lenta reactivación de la inversión privada

Expertos analizan futuro económico regional tras malos índices de desempleo conocidos esta semana. Advierten que rezago de la región podría profundizarse en los próximos meses, pese a la mejor situación sanitaria. Académico alerta sobre bajo dinamismo de agentes distintos al sector público

desde ante de la pandemia.

La Ley N° 20.793, aprobada en 2014, estableció que el 2 de octubre de cada año se celebre en Chile el Día Nacional del Medio Ambiente, con el fin de sensibilizar a la ciudadanía sobre su estado, los daños que el hombre produce a la naturaleza, la necesidad de protegerla e invitar a mejorar las acciones en esta materia. Temas como el agua, bosques, mares, océanos y emisiones de carbono han sido objeto de preocupación durante conmemoraciones similares, pero a nivel internacional. Por ejemplo, la adopción del programa de reciclaje por parte de los países industrializados fue el resultado de la inquietud ciudadana respecto de la acumulación de desechos, el deterioro de los recursos naturales y la salud pública, y el interés gubernamental sobre la crisis ambiental planetaria.

A partir de esta preocupación por el medio ambiente, instituciones y gobiernos han intensificado sus planes para ofrecer una vigilancia permanente sobre el ambiente. Hoy, a diferencia de hace décadas, el tema forma parte de políticas privadas y públicas. En el país se han dado pasos destacables para mitigar los daños que se producen a la naturaleza, como la ley que estableció que el comercio no debe entregar bolsas plásticas. Del mismo modo, se ha desarrollado la campaña #ChaoBombillas para eliminar paulatinamente estos productos. En los últimos años se ha generado además un debate en torno a las llamadas "zonas de sacrificio" a lo largo de Chile.

La preocupación por preservar el planeta ha tomado una importancia vital, además por el fuerte impacto que generó el reporte de la ONU, que instó a cambiar radicalmente de hábitos para cumplir con las metas medioambientales establecidas para 2030. Si bien el compromiso es mundial, hay que partir desde casa, con pequeños cambios, que sumados a otros pasarán a constituir grandes transformaciones.

Si bien el escenario mundial es complejo, debido a las consecuencias del calentamiento global y el cambio climático, hay un aspecto positivo. La comunidad está adquiriendo conciencia, y en este proceso han sido clave las nuevas generaciones, que parecieran tener una sensibilidad mayor frente a las materias que involucran al medio ambiente.

El Gobierno ingresó indicaciones al proyecto de ley que se discute en el Senado y que reduce la jornada laboral máxima de las 45 horas actuales a 40 horas semanales. Si bien, reducir por ley el número de horas trabajadas busca aumentar las horas dedicadas al ocio o la vida en familia, es importante reconocer que la idea tiene repercusiones sobre el mercado laboral que pueden terminar desincentivando la contratación en momentos que el empleo enfrenta un complejo escenario.

Para alcanzar el objetivo que se comparte, en cuanto a mejorar la calidad de vida de los trabajadores, ello se debe hacer mediante un aumento de su productividad y no mediante mayores rigideces en el mercado laboral. Los mayores costos que significará la reducción de la jornada laboral se pagarán con menos puestos de trabajo, sueldos más bajos o mayores precios de los bienes y servicios. Para atenuar esos impactos, en medio de un país que entra en un ciclo recesivo, la iniciativa debe incluir medidas que permitan flexibilidad y adaptabilidad que reconozcan la heterogeneidad de las empresas y políticas que fomenten las ganancias de productividad de trabajadores y procesos.

De lo contrario, los mayores costos laborales actuales y esperados terminarán generando un menor número de ocupados y mayor informalidad. El proyecto de ley que reduce la jornada laboral debe considerar medidas de adaptabilidad y flexibilidad que permitan a las empresas mitigar sus efectos negativos, sobre todo considerando el bajo o nulo crecimiento económico proyectado en el corto y mediano plazo y los altos índices de informalidad laboral.

Por estas razones es fundamental que la gradualidad en la implementación sea en función del sector económico y tamaño de la empresa, de tal manera de capturar la heterogeneidad y las diferencias en los procesos productivos. Es de gran relevancia que una política de esta naturaleza vaya acompañada de medidas que fomenten la productividad, para que los trabajadores puedan producir de manera más eficiente durante las horas efectivamente trabajadas y no se generen presiones de mayores costos laborales para las empresas.

Además, de esta manera se lograría disminuir la brecha existente en esta materia con respecto a la OCDE. Lamentablemente, el Gobierno no ha presentado agenda alguna en este sentido, desde la comisión de trabajo introduciremos indicaciones para mejorar este proyecto lleno de buena intención pero que puede tener consecuencias negativas para los propios trabajadores.

Frank Sauerbaum Diputado por Ñuble