Mientras Chile ha visto un estancamiento en su crecimiento económico durante los últimos 10 años, la región de Ñuble ha seguido una trayectoria inversa, experimentando un crecimiento sostenido. ¿Qué explica este fenómeno? ¿Cuáles son las claves detrás de esta situación?
La respuesta es sencilla, y puede resumirse en el aforismo: "Lo que no se mide, no se puede mejorar". Al separarnos de la región del Biobío, Ñuble pudo identificar con mayor precisión su realidad: una región estancada por la falta de inversión en infraestructura, clave para el desarrollo y el sustento de la inversión privada, que a su vez, es la que genera empleo y eleva los ingresos de la población en el mediano y largo plazo.
Un primer impulso en el crecimiento de Chillán se dio después del terremoto de 2010, cuando la ciudad demostró su capacidad de resistir la catástrofe con edificaciones que soportaron la sacudida casi sin daños mayores. Hoy podemos decir que contamos con una infraestructura sólida, pero aún enfrentamos una "crisis sísmica socioeconómica". Para superarla, los gremios empresariales hemos trabajado en recuperar y actualizar la infraestructura productiva que necesita la región, como la red de transmisión eléctrica, la construcción de embalses y la pavimentación de caminos rurales. Ya hemos visto avances importantes en estas áreas.
Esta semana, hemos recibido una gran noticia: la región de Ñuble contará finalmente con un aeropuerto, un proyecto pendiente desde hace tiempo. En una reunión con la DGAC y el seremi del MOP, Paulo de la Fuente, se nos confirmó la licitación de estudios de diagnóstico y demanda para determinar la mejor ubicación del aeropuerto regional. Estos estudios son fundamentales para justificar las inversiones necesarias, ya sea en la mejora del aeródromo actual o en la construcción de un nuevo aeropuerto que cubra de mejor forma las necesidades económicas, productivas, turísticas y logísticas de la región. Esta obra podría costar entre 35.000 y 40.000 millones de pesos, y permitiría el aterrizaje de aviones de pasajeros y de carga, como el C-130 Hércules.
El aeródromo actual de Chillán ya presta un gran servicio, con 13.716 operaciones de aterrizaje y despegue durante el 2023, lo que representó un aumento del 34,47% en comparación con el período 2021. Su utilidad es clave, especialmente en el combate contra incendios, entre otras funciones.
No cabe duda de que, con todas estas inversiones, Ñuble y Chillán, como su capital, dejarán atrás los malos índices de desarrollo, pobreza y desempleo, y superarán en poco tiempo a la región del Biobío, liderando el crecimiento en el país. La inversión ha sido el factor clave, y la coordinación entre los sectores público y privado ha sido ejemplar para sacar adelante estos proyectos. Si continuamos profundizando en estos factores, Ñuble puede convertirse en un ejemplo a seguir para todo Chile, en una verdadera política de desarrollo nacional.
Ricardo Salman Aburdene,
past president CChC Ñuble