Denominación de origen de la longaniza
El día de ayer celebramos en nuestra Sede INACAP Chillán la gran noticia de que un producto local -la celebrada longaniza de Chillán- obtuvo el Certificado de Denominación de Origen, uniéndose a un selecto grupo de productos nacionales e internacionales, como la sal de Cahuil, el aceite de Oliva de Huasco, el queso Roquefort o la Champaña de Francia, entre otros. Productos que son únicos y representan las características especiales de lugar del que provienen, así como la especificidad de su elaboración.
Este logro recae en la Asociación Gremial de Productores de Longanizas y Cecinas de esta ciudad, pero su obtención es el resultado de un trabajo mancomunado de actores públicos y privados. Me enorgullece decir que en este proceso INACAP tuvo un rol fundamental.
A través de nuestro Centro de Innovación Gastronómica y de nuestra Sede en Chillán, articulamos a los diversos actores involucrados: los productores, la Municipalidad de Chillán, INAPI y el Ministerio de Economía. Inicialmente, impulsamos la asociatividad de los productores de cecinas, realizamos encuestas sobre el uso y valor del producto, elaboramos el reglamento de uso y control del sello y dirigimos un estudio histórico que sustenta la denominación de origen del producto. Este estudio, en virtud de su calidad, fue publicado por el boletín de la Academia Chilena de Historia.
Este sello es, antes que todo, una garantía de calidad (el sello de origen más exigente que otorga el Instituto Nacional de Propiedad Industrial, INAPI) respecto los requisitos de su producción, por lo que esperamos que este logro implique una valorización del producto y de todo lo que le rodea, generando así nuevos beneficios para la gastronomía, el turismo y la economía local en general.
Nos alegramos mucho por la comunidad chillaneja y por INACAP. En efecto, lo que logramos con la obtención de este sello es el impacto que deseamos tener como Institución en el desarrollo local, y la forma de lograrlo responde a nuestro rol de vinculación con los actores clave -públicos y privados- de todas las regiones y áreas territoriales en donde estamos presentes: articulando, conversando, proponiendo soluciones pertinentes y actuando con eficacia para ponerlas en marcha.
Fueron cinco años de trabajo -y uno de espera- para lograr el resultado esperado, por lo que corresponde celebrar y después seguir trabajando para obtener el máximo valor turístico y gastronómico de esta Denominación de Origen, y para que más productores de la zona puedan optar a ella, en beneficio de las personas, de la Región del Ñuble y del país.